Este de EEUU se prepara para tormenta invernal


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Después de azotar vastos sectores del sur de Estados Unidos, una tormenta invernal arrojó más de 30 centímetros (un pie) de nieve sobre partes de la región del este mientras se dirigía al nordeste y amenazaba con más apagones, peligros en el tránsito y dificultades para millones de residentes.

Por JESSICA GRESKO, WASHINGTON Agencia AP

Baltimore amaneció con 38 centímetros (15 pulgadas) de nieve precisamente en Pimlico, el vecindario donde se corre el clásico hípico Preakness Stakes. Las barrenieves rugían al despejar las aceras de la ciudad mientras caía aguanieve. Pero las calles despejadas pronto se convertían en peligrosas pistas de patinaje al helarse la superficie. El tránsito era ligero y algunos peatones caminaban por la calzada.

Las calles también estaban semidesiertas a primera hora de la mañana en Washington debido a que muchos automovilistas acataron la advertencia de no conducir. Repiqueteaba el martilleo de las palas de nieve y todo estaba cubierto de una espesa capa blanca. Se habían acumulado 27 centímetros (11 pulgadas) de nieve mientras seguía la precipitación. Los peatones caminaban cuidadosamente eludiendo las pilas de nieve y los charcos. Las oficinas federales y los dos aeropuertos principales de la ciudad estaban cerrados.

Daniel Saxinger salió temprano a palear nieve en su vecindario en Washington. «Es mejor hacerlo ahora», explicó.

Saxinger, gerente de operaciones, dijo que su oficina céntrica estaba cerrada pero que tenía otros planes para la jornada. «Lamentablemente hoy voy a preparar mi declaración de impuestos», dijo. Recordó la tormenta de nieve del 2010 que esencialmente paralizó la ciudad durante días y dijo que era «un poco temprano» para decidir cuál era peor.

Luis Gray, un maletero, empezó su día de trabajo paleando nieve a las 7 de la mañana. Agregó que habitualmente toma el autobús para ir al trabajo, pero que no funcionaba, de modo que consiguió que alguien lo llevara.

En el sur, aunque lo peor de la tormenta ya había pasado, cientos de miles de personas seguían sin suministro eléctrico y se atribuyeron trece muertes a la tormenta.

En los estados del este y el nordeste, la intensa tormenta era una más en una serie interminable que ha agotado los días escolares destinados a dar asueto por las inclemencias del invierno.

En Nueva York, Emilay Chung despejaba la nieve de su automóvil. «Tengo que llegar donde mis pacientes», dijo la enfermera que vive en Manhattan y trabaja en un hospital en el Valle del Hudson.