Once muertos en ataque a un cine en Pakistán


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Desconocidos arrojaron granadas en el interior de una atestada sala de cine en el noroeste de Pakistán, matando a 11 personas, dijeron las autoridades, en un ataque que resalta las dificultades de las negociaciones entre el gobierno y el Talibán.

Por RIAZ KHAN y MUNIR AHMED, PESHAWAR, Agencia AP

Una de las granadas estalló en la puerta principal y otras dos dentro de la sala, mientras unas 80 personas presenciaban la película «Yarana», que significa amistad en el idioma pashto, agregaron. El piso de la sala quedó manchado de sangre y algunos de los asientos fueron arrancados de cuajo por la fuerza de la explosión.

Nadie se atribuyó inmediatamente el ataque, que ocurrió en Peshawar, una ciudad cerca de zonas convulsionadas en la frontera con Afganistán donde medran el Talibán paquistaní y milicianos islámicos extranjeros vinculados con al-Qaida. Muchos grupos milicianos musulmanes suníes creen que el cine y otras formas de entretenimiento son influencias occidentales obscenas.

El gerente del cine, Fayaz Khan, dijo no haber recibido amenazas de nadie e instó al gobierno a suministrarle protección.

Un funcionario policial, Kamal Khan, dijo que se lleva a cabo una investigación y que por ahora se ignora el número de atacantes. Otro funcionario, Ijaz Khan, dio la misma cifra de muertos y que también hubo 20 heridos.

El ataque se produjo días después que Pakistán inició un proceso de paz con milicianos del Talibán que luchan en el noroeste, con el objeto de poner fin a la violencia que ha dejado más de 40.000 muertos en años recientes.

El Talibán paquistaní, que se llama Tehreek-e-Taliban Pakistan, es distinto del Talibán que combaten las fuerzas de la OTAN en la vecina Afganistán. Pese a que ambos grupos comparten una ideología similar, el Talibán paquistaní ha centrado su lucha contra el gobierno de Pakistán.

El primer ministro paquistaní Nawaz Sharif ha hecho de la negociación con los milicianos un tema central de su nuevo gobierno elegido en mayo.

Esa política tiene muchos partidarios en Pakistán que están hartos de la sucesión interminable de ataques dinamiteros y tiroteos y que consideran la situación como una guerra impuesta a Pakistán por la invasión estadounidense de Afganistán, pero otros dicen que los milicianos ya han roto acuerdos previos.

Después de algunas vacilaciones iniciales, los esfuerzos del gobierno han avanzado en las últimas semanas cuando ambas partes nombraron representantes para las conversaciones.