Más de 650 personas murieron en lo que va de este año en China en las inundaciones, que forman parte de la serie anual de catástrofes naturales del verano.
De acuerdo con las cifras oficiales citadas por la agencia China Nueva, al 29 de julio, 652 personas habían muerto en 2007 en las inundaciones, los deslizamientos de terrenos y corrientes de lodo vinculadas a los problemas climáticos.
Aunque se trata de un balance fuerte, no equivale al de una sola de las ocho tempestades tropicales que se registraron en China en 2006. Unicamente la depresión Bilis dejó 600 muertos en julio.
En total, unos 1.300 muertos y desaparecidos habían sido señalados en el mes de julio de 2006, antes del paso de otros dos tifones en agosto. Uno de ellos, Saomai, «el peor que se haya visto en 50 años», mató a unas 440 personas.
En realidad, las inundaciones de este año, sobre todo en el este y el sur del país, están lejos de ser las peores en la historia del país, o en una década.
Hace nueve años, durante el verano de 1998, unas 4.000 personas perdieron la vida, sobre todo en la cuenca del Yangtsé, el río más largo del país, con sus 6.360 km. Además, unos 240 millones de personas se vieron afectadas, incluyendo a 14 millones de indigentes.
Pero en algunas regiones, las autoridades están en estado de alerta, pues el martes se anunciaron nuevas lluvias e incluso tormentas en casi todo el país, salvo en el oeste.
El Yangtsé está bajo vigilancia. El gobierno de la provincia de Hubei –en estado de alerta– ordenó un control de 24 horas diarias de los niveles del río, afirmó el vicegobernador Liu Yufan, citado por la agencia China Nueva.
«Se esperan nuevas precipitaciones acompañadas de inundaciones repentinas y deslizamientos de terrenos en los próximos días», advirtió la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja el lunes, al lanzar un llamado pidiendo ayuda para China.
Esta organización humanitaria señaló que desea reunir 5,7 millones de euros (7,7 millones de dólares) para socorrer a unas 400.000 personas particularmente vulnerables, y anunció que casi cinco millones de habitantes ya fueron evacuados.
«Los damnificados necesitan urgentemente arroz, agua potable, refugios, ropa, servicios médicos y desinfectantes», agregó esta organización.
Según las cifras oficiales chinas, 452.000 casas fueron destruidas, 119 millones de personas fueron afectadas y 7,87 millones de hectáreas cultivadas sufrieron daños.
El martes, el diario oficial China Daily estimó en «52.500 millones de yuanes (6.900 millones de dólares) las pérdidas económicas directas de las inundaciones».