De acuerdo a nuestro ordenamiento legal, tras la resolución de la Corte de Constitucionalidad otorgando el amparo provisional para determinar la fecha en que debe entregar el cargo la Fiscal General, doctora Claudia Paz y Paz, no cabía vuelta de hoja y ayer el Congreso integró la Comisión de Postulación respectiva para elaborar la lista de la que el Presidente de la República deberá escoger a quien a partir de mayo dirija el Ministerio Público y se haga responsable de la acción penal en el país, hecho fundamental dadas las condiciones de patética impunidad que hemos sufrido.
Las opiniones en contra de observadores y comentaristas locales, como era de esperar, salieron sobrando y lo mismo pasó con las muestras de apoyo recibidas desde el exterior o desde representaciones diplomáticas acreditadas en el país a favor de la doctora Paz y Paz. Los fallos de la Corte de Constitucionalidad no se discuten y tienen que acatarse por mucho que se vean flacos de argumentos jurídicos y gordos de otro tipo de consideraciones. Así ha sido y así será de acuerdo con nuestra normativa porque no existe ningún poder que pueda revertirlos.
Entramos ahora en otro tipo de debate, que debiera ser intenso y participativo, respecto a la conformación de la lista de aspirantes para ocupar la Fiscalía General de la República. Vuelta a discutir sobre si la honorabilidad es algo que puede y debe medirse o si simplemente se medirán credenciales académicas, obviando el comportamiento ético que hayan tenido en el pasado los aspirantes. Se volverá a discutir si fulano o zutano son personas comprometidas con grupos de poder paralelo o si se trata de individuos comprometidos con la lucha contra la impunidad.
Nuevamente, lo más probable es que el debate público sea, como el que hubo alrededor del fallo de la CC, estéril e intrascendente porque la Comisión de Postulación actuará según su leal saber y entender (es un decir), y propondrá a los que les venga en gana de acuerdo a sus facultades. Puede ser que a estas horas ya se sepa quién estará en la lista y quién terminará siendo titular del MP, porque así es como se cuecen las habas en nuestro medio.
Pero no hay peor lucha que la que no se hace y la sociedad tiene que adoptar posturas vigilantes porque en muchos sentidos, la elección de Fiscal es hasta más importante que la elección de alcaldes, diputados, Vicepresidente y acaso hasta del Presidente porque su responsabilidad de apuntalar la vigencia de la ley y acabar la impunidad, es la tarea más dura de cualquier funcionario público.
MINUTERO:
A pesar del alegato
le acortaron el mandato;
¿pesa, por casualidad,
el factor impunidad?