Tristemente, es un tema vital


Oscar-Marroquin-2013

El debate en Estados Unidos sobre la reforma migratoria debiera ser un asunto de incumbencia de los norteamericanos por lo que significa la legalización de millones de personas que ingresaron sin cumplir con los requisitos legales para vivir y trabajar en el país. Sin embargo, resulta que pocos países tienen tanto interés en ese debate como Guatemala, país que ha “exportado” a casi dos millones de compatriotas que aquí no encontraron oportunidades para mejorar su nivel de vida y viajaron con la ilusión de apoyar a sus familias con un trabajo duro que les permitiera un ingreso más digno.

Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt


Resulta que no son únicamente las familias de los migrantes las que están tan pendientes del debate, sino que también lo está la sociedad en su conjunto y los agentes económicos de mayor importancia porque hay que reconocer que a falta de un crecimiento sólido de nuestra producción y demanda interna, dependemos en gran medida de las remesas familiares que se han convertido en motor de nuestra economía, alcanzando niveles más significativos que el producto de exportaciones tradicionales y no tradicionales, lo que confirma mi tesis en el sentido de que el principal producto de exportación de Guatemala es su propia gente que, contra lo que ocurre aquí, afuera es muy bien valorada por sus habilidades y destrezas para todo tipo de trabajo y la facilidad que muestran para tecnificarse como mano de obra cuando reciben la oportunidad de hacerlo.
 
 Desafortunadamente nunca se logró siquiera avanzar en el tema del Estatus de Protección Temporal que ha beneficiado tanto a ciudadanos de otros países centroamericanos que han pasado por tormentas y desgracias como las que han afectado a Guatemala, especialmente el huracán Mitch, mismo que sirvió para que hondureños, nicaragüenses y salvadoreños lograran el TPS por la gestión que hicieron sus gobiernos. El de Guatemala consideró que no hacía falta y eso se tradujo finalmente en la deportación de cientos de miles de compatriotas que no pudieron acogerse al citado beneficio.
 
 Guatemala tiene escaso margen de maniobra para hacer cabildeo en los altos poderes de Estados Unidos, sobre todo porque alrededor del tema migratorio hay consideraciones ideológicas que están profundamente divididas entre los congresistas. Pero es importante que los guatemaltecos que pueden ser beneficiados por la reforma estén organizados y debidamente informados de lo que deben hacer para no quedar al margen, porque un descuido puede ser la diferencia entre normalizar su situación y obtener un permiso de trabajo y enfrentar riesgos de deportación.
 
 Existiendo entre los migrantes también tensiones e intereses particulares por los grupos de activistas que operan, es fundamental que el gobierno, por medio de la Embajada y de los Consulados fijos, más los móviles que deben implementarse, tenga un estrecho contacto con la comunidad de migrantes para que éstos reciban las informaciones precisas y concretas del curso del proceso de reforma y de los documentos que en todo caso necesitarán los que viven en Estados Unidos para acogerse a los beneficios que finalmente se decidan. Si tanto dependemos del esfuerzo y dinero de los guatemaltecos que trabajan en el extranjero, lo menos que podemos hacer es volcarnos en su ayuda para asegurar que nadie quede fuera de las ventajas de la reforma.