Inversión extranjera


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El Gobierno de Guatemala se encuentra en situación financiera precaria debido a las necesidades urgentes que padece, pero sin la posibilidad de satisfacerlas por falta de dinero sano, sin tener que prestarlo a corto, mediano y largo plazo, con sus correspondientes intereses. Lo peor es que hay que prestar dinero para pagar obligaciones financieras próximas a vencer.

Raymond J. Wennier


Es igual que en una familia a la que no le alcanza el sueldo para llegar al fin de mes. En inglés hay un dicho: “Too much month at the end of the money”. ¿Qué hace esa familia?

Hay varias opciones. Puede dejar de gastar, sacrificando  gustos y no necesidades reales. Otras  son  prestar dinero a su vecino, comprar “fiado” en el mercado o sacar el dinero “plástico” para mantener el mismo nivel de vida. Cuando a fin de mes no pueden pagar esas deudas, vuelven a usar los mismos mecanismos y entran en un círculo vicioso del que es difícil salir. Si se utiliza el dinero plástico para financiar lo faltante, tiene que conformarse con los altos intereses cobrados por la compañía que lo  presta. Para  balancear el presupuesto hay que tener austeridad en los gastos. No se puede  gastar más de lo que entra.

Igual para el Gobierno, ¿cuándo y cómo puede balancearse el presupuesto de la Nación? Añadiendo la política a la ecuación, vemos qué causa el problema de una crisis financiera que afecta a terceras personas, por ejemplo, a los niños y a los jóvenes en las escuelas.

¿Qué hacer? En un mundo globalizado, de cooperación internacional, otros gobiernos   ofrecen ayuda financiera condicionada. Hay otros caminos.

El Gobierno hace grandes esfuerzos para atraer inversionistas a operar en Guatemala. Cambiemos el proceso. Antes de aprobar las operaciones de una empresa, el Gobierno debe presentarles una lista de necesidades apremiantes de resolver. Las empresas deben venir a Guatemala con la mentalidad e intención de aplicar la Responsabilidad Social Empresarial. Pasar de sólo dar regalías, a una inversión concreta para las comunidades dentro de su círculo de influencia.

Ejemplos: En educación, construir escuelas de acuerdo al clima y la cultura del lugar. A propósito, felicito a la “Fundación Adentro” del cantautor Ricardo Arjona, precisamente por la construcción, sin dinero del gobierno,  de una escuela en la Aldea Ixcanal, San Agustín Acasaguastlán, El Progreso. En infraestructura, construir caminos vecinales para que las comunidades puedan tener más acceso a su lugar de trabajo y vivienda. En el área de salud, centros de salud, equipados y atendidos por personal calificado y bien remunerado, hospitales y medicinas. La vivienda también es una necesidad sentida en la mayor parte de las comunidades rurales y en las marginales de las ciudades.

La lista es larga. El propósito es que en vez de cobrar regalías e impuestos hay que hacer que las empresas o inversionistas extranjeros, escojan entre la lista de necesidades en el área que pretenden explotar o fincar un negocio. Los vecinos de esas comunidades podrán entonces ver que la inversión extranjera es de beneficio para ellas.

Cuántos millones de quetzales podrían ponerse en el desarrollo comunitario y no esperar a que el Gobierno tenga suficiente dinero para atender todas las necesidades. Aumentaría el número de empleos; las obras, contratadas por la empresa o el inversionista mismo, pagarían en forma transparente la mano de obra local.

Debería ser política institucional. Inversor, escoja su obra y luego le autorizamos a operar en Guatemala.

Soñar no cuesta, sólo aquel que sueña y persigue su sueño logra realizarlo. ¿Será posible? Creo que sí.