Muchos estudiantes se refugiaron con sus maestros en gimnasios de escuelas y conductores abandonaron sus autos a lo largo de la carretera para buscar albergue en iglesias, estaciones de bomberos —hasta en tiendas de abarrotes— después que una poco común nevada les complicó la vida a miles de personas en el sur de Estados Unidos.
La tormenta invernal del martes depositó pocos centímetros de nieve, algo que en el norte apenas se consideraría una nevada, pero fue más que suficiente para paralizar ciudades como Atlanta y Birmingham, y dejó varados a miles de trabajadores que trataron de llegar temprano a casa, pero que en muchos casos no lograron llegar.
Hubo cientos de pequeñas colisiones y algunos accidentes fatales. Camiones de arrastre varados en medio de la carretera llenaban la Interestatal 65 en la zona central de Alabama. El hielo provocó el cierre de puentes en la zona noroeste de la Florida y el Viaducto del Lago Pontchartrain, uno de los más largos del mundo, en Luisiana.
Algunos choferes varados pedían auxilio por sus teléfonos celulares dentro de sus vehículos, mientras otros caminaron varias millas hasta llegar a casa tras abandonar sus carros.
Nadie sabía exactamente cuántas personas quedaron varadas, pero seguros méducos como Blue Cross Blue Shield de Alabama reportaron que cientos de sus empleados pasaron la noche en sus oficinas. Los trabajadores vieron películas en sus computadoras y las cafeterías ofrecieron comida.
Atlanta, sede de grandes empresas y del aeropuerto de más tráfico del mundo, se encontró una vez más mal preparada para hacer frente al caos, a pesar de las seguridades de las autoridades de que habían aprendido la lección de una tormenta de hielo en 2011, que puso a la ciudad de rodillas.
La vía de acceso al centro de la ciudad, numerosas rampas de entrada y salida de la Interestatal 75 en el Condado Cobb y varios tramos de carretera en otros condados quedaron impasables por momentos después de varias horas de nevada ligera el martes, informaron autoridades del Departamento de Transporte de Georgia.
Residentes se dijeron indignados de que no se tomaran mayores precauciones en escuelas y que no se cerraran a tiempo otras instalaciones. Pero las autoridades señalaron que los pronósticos del clima indicaban que no habría más que una ventisca de nieve y hasta la mañana del martes no se supo que el diagnóstico estaba equivocado.
Los gobernantes de Georgia parecían conscientes de la molestia del público y trataron de mitigarla. El alcalde de Atlanta, Kasim Reed, señaló el miércoles en su cuenta de Twitter que las cuadrillas de emergencia trabajaban rápidamente para esparcir sal y arena en las calles.
Agregó: «Sabemos que quieren llegar a casa y trabajaremos todo el día para que puedan volver con seguridad». Veinte horas antes, en un mensaje en la misma red, dijo: «Atlanta, estamos listos para la nieve».
Las malas condiciones fueron exacerbadas por la enorme cantidad de empleados que terminaron sus labores más temprano de lo común.
El gobernador de Georgia Nathan Deal dijo que la Guardia Nacional enviará vehículos militares a las congestionadas vías rápidas de Atlanta para sacar a los autobuses escolares varados y llevar comida y agua a las personas.
Patrullas policiales de Georgia se dirigieron a escuelas donde los niños de acomodaban el miércoles por la mañana luego de pasar la noche ahí dijo Deal.
La situación no parece mucho mejor para el miércoles, porque la temperatura bajó del punto de congelación durante la noche, lo que promete que los puentes y carreteras cubiertos de nieve y hielo sean igual de traicioneros para cualquier que ose lanzarse a la calle.
Si hubo algo positivo, fue que el frío sacó a la superficie la cortesía y amabilidad sureña, cuando la gente abrió sus puertas a extraños para protegerlos del frío, voluntarios sirvieron café a los atascados en el tráfico y directores de escuela jugaron bingo con alumnos varados en las escuelas.
En la Iglesia Acción en Canton, Georgia, los fieles mantuvieron el edificio abierto para acoger a conductores varados.