Polémica por escala “secreta” de Rousseff en Lisboa


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Una escala que la presidenta brasileña y su comitiva realizaron en Lisboa el pasado fin de semana, y que no constaba en el itinerario oficial del viaje que realizó a Davos, en Suiza, y posteriormente a La Habana, en Cuba, generó polémica en Brasil, donde la oposición solicitó informaciones.

Brasilia, Agencia dpa

A las suspicacias generadas a raíz del misterio en torno a la escala en la capital portuguesa, donde según la prensa la delegación pernoctó en hoteles de lujo y cenó en un restaurante exclusivo, se sumaron hoy informaciones divulgada por el diario «O Estado de Sao Paulo», que contradicen la versión dada por Brasilia para explicar la escala.

La información sobre la parada «secreta» en Lisboa fue publicada el sábado por «O Estado», y algunos detalles de la versión periodística fueron desmentidos por el gobierno el domingo, a través de un comunicado oficial.

Según la secretaría de Comunicación Social de la Presidencia, «no es verdad que la comitiva presidencial haya hecho una escala innecesaria en Lisboa» tras abandonar Suiza, donde participó en el Foro Económico Mundial.

«La escala técnica era obligatoria. Dependiendo de las condiciones climáticas, el Airbus 319 presidencial tiene una autonomía promedio de en torno a nueve horas y 45 minutos, tiempo insuficiente para un vuelo directo entre Zúrich y La Habana. La opción por Lisboa fue la más adecuada, ya que se trata del aeropuerto más al oeste en el continente europeo con posibilidades de escala técnica».

La Presidencia agregó que la decisión «de realizar un vuelo diurno fue tomada por la Aeronáutica a partir de evaluación de las condiciones meteorológicas, que permitieron que el trecho Lisboa-La Habana fuera cubierto el domingo en nueve horas y 45 minutos».

De acuerdo a la agenda oficial divulgada antes del viaje, se preveía que la delegación viajara desde Suiza a Cuba, para participar en la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), haciendo escala en Estados Unidos para respostar.

Sin embargo, el director de protocolo del gobierno de Portugal, el embajador Almeida Lima, había sido informado el jueves pasado sobre la visita de la comitiva brasileña, y sería el encargado de recibirla, apunta el diario. Asimismo, el chef del restaurante Eleven, donde la comitiva cenó el sábado, Joachim Koerper, dijo que las reservas estaban hechas desde el jueves pasado, añade «O Estado».

Según el canciller brasileño, Luiz Alberto Figueiredo, cada integrante de la delegación, incluso Rousseff, pagaron de sus propios bolsillos sus respectivas cuentas en el restaurante.

«O Estado» agrega que la comitiva pasó la noche en los hoteles Ritz y Tivoli, donde se ocuparon un total de 45 habitaciones.

El misterio llevó a la oposición a presentar un pedido al Procurador General de la República, Rodrigo Janot, para que se investiguen los detalles y los costos de la escala en Lisboa.

El diputado del Partido Popular Socialista Rubens Bueno, autor de la petición, quiere saber si la escala en Portugal fue realmente necesaria, puesto que, «el hecho de no tener ningún compromiso oficial en Lisboa no justifica ese gasto excesivo».

Bueno destaca en su solicitud que «solamente la tarifa del apartamento en el que Rousseff pernoctó, en el hotel Ritz, habría costado 8.000 euros, hoy equivalente a más de 26.000 reales. Esto por una única noche», y agrega que se desconoce el costo del «banquete» en el restaurante Eleven, «uno de los más caros de la capital portuguesa».

También el líder del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) en la Cámara de Diputados, Carlos Sampaio, solicitó una investigación sobre la escala.