La manera ideal de celebrar la consulta popular


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Suele creerse y tal ha sido y probablemente aún sea la opinión del gobierno, que el quórum que en 2008 adoptó Belice respecto de referendos ha dificultado el sometimiento del famoso diferendo a la Corte Internacional de Justicia.

Ello obedece al inciso 2 del artículo 7 del Acuerdo Especial suscrito en diciembre de 2008 y ya aprobado por nuestro Congreso y el parlamento beliceño, para llevar el diferendo a la Corte. Según ese inciso, un referendo beliceño y la consulta popular guatemalteca han de efectuarse simultáneamente.

Roberto Lavalle
Abogado colegiado No. 965


      Al enterarse, a mediados de 2013, de que existía dicho quórum, nuestro gobierno acordó postergar su consulta popular, fijada para el 6 de octubre último.  Ello se debe a que el quórum hace mucho menos probable que prospere el referendo en Belice que la, muy costosa, consulta popular en Guatemala.
  
   Pero esto no tiene por qué estorbar la entrada en vigor del Acuerdo Especial. Es en efecto fácil  eliminar esa circunstancia inhibitoria. Para impedir esto deben los dos países celebrar  un acuerdo por el cual se enmienda el Acuerdo Especial suprimiendo dicho inciso. En el nuevo acuerdo se dispondría que entrará en vigor por ratificación, la cual se haría al ser aprobado por los dos organismos legislativos.  Una vez en vigor el “acuerdito”, que no requeriría consulta popular, Belice llevaría a cabo, solo y separadamente, su referendo. Si éste fracasa, Guatemala no celebra su consulta popular, ahorrándose así su costo.  De lo contrario, Guatemala sí la celebra.
  
   No se ve qué argumentos pudiera oponer Belice a esta propuesta. Pues tiene que darle lo mismo celebrar su referendo simultáneamente con nuestra consulta popular o antes.   
  
   Por las razones expuestas en el artículo que publiqué en La Hora, tiendo a oponerme a la consulta popular.  Pero si el Gobierno insiste en celebrarla, que tenga en cuenta el modus operandi propuesto aquí, que, neutralizando los efectos del quórum beliceño, abre el camino para que entre en vigor el Acuerdo Especial, en forma, para nosotros potencialmente más económica, que la aplicación del mismo en  su versión actual.