Era la noche del 12 de enero. Ella yacía en el suelo con el rostro irreconocible. Una vez más, una mujer intentaba retener la vida que se le escapaba tras haber experimentado la transformación del amor al odio. La sangre a su alrededor era testigo de cómo Luz Elena Canté, de 36 años, se convertía en una víctima de la violencia de género.
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Madre de dos menores de edad –una niña de 12 y un niño de 10–, Luz fue agredida con un machete por Darío Mansilla, el hombre con quien unió su vida desde hacía16 años en la aldea El Triunfo, en el municipio de Palencia, Guatemala.
Los familiares de la agredida dicen desconocer las causas que motivaron la agresión y explican que a pesar de que viven cerca del área, no escucharon nada, hasta que uno de los hijos de la pareja tocó a su puerta para pedir ayuda. Un menor de edad, alertando de un hecho que, se considera como habitual.
“Cuando llegamos a verla había mucha sangre alrededor de ella, estaba acurrucadita. Me dolió mucho verla así porque es mi hija y la llevé en mi vientre”, lamenta Regina Maquén, madre de Luz.
En la reconstrucción de los hechos, los parientes de Luz Elena creen que el consumo de alcohol habría sido una de las causas de la agresión, pues aparentemente Darío estaba ebrio y no era la primera vez que lastimaba a su pareja en ese estado.
Por aparte, los informes de la Policía Nacional Civil (PNC) y de los Bomberos Voluntarios –quienes atendieron la emergencia– consignan que aquella noche, Darío admitió que agredió a su esposa y que al verla moribunda intentó suicidarse, cortándose el cuello.
En la residencia de la familia fue localizado el machete.
UNA VIDA DE GOLPES
En febrero del año pasado, el padre de Luz, Cirilo Canté, pretendía romper con el círculo de agresión al que recurrentemente era sometida su hija, y para eso buscó al Juzgado de Paz de la localidad para que la pareja se separara.
“Él ya me la había pateado toda, por eso llevé el caso al Juzgado de Paz de Palencia. Ella dijo que ya no quería estar con él y que sólo le pasara la pensión de los niños y él cumplía con darle el dinero para mis nietecitos, pero después volvieron porque se querían”, dice el entrevistado.
Canté dice desconocer si Darío habría golpeado a su hija antes de que él fuera testigo de una golpiza hace aproximadamente un año, aunque no descarta esa posibilidad.
“La verdad no sé si era la primera vez que le pegaba –cuando yo lo vi en febrero de 2013–, antes yo no me había dado cuenta porque vivían aparte. Él toma –alcohol– y por eso hace esas cosas”, justifica.
Hasta el pasado jueves la pareja estaba internada en el Hospital San Juan de Dios; ambos en estado grave, aunque Darío era el más afectado de los dos, explicó el portavoz de la institución, Selvin Rustrián.
“La señora Luz Elena Canté se encuentra en la Unidad de Cuidados Intensivos; fue llevada al área de cirugía de mujeres para que los médicos atiendan la herida que tiene en el cráneo, su estado es delicado y complicado. Por otro lado, el estado del señor Darío Mansilla es crítico, se encuentra en el área de intermedios, su situación es complicada. No es posible anticipar si mejorarán en los próximos días”, dijo Rustrián.
¿POR QUÉ REINCIDEN?
De acuerdo con ONU Mujeres, en algunos países –incluyendo a Guatemala– entre el 40 y 70 por ciento de las mujeres víctimas de asesinatos mueren a manos de sus parejas.
Por otro lado, representantes de diferentes organizaciones de la sociedad civil, argumentan que la reincidencia –volver con su agresor– es un factor que puede llevar a las mujeres hasta la muerte.
María Machicado, representante de ONU Mujeres en Guatemala, explica que es necesario entender que existen muchos factores que instan a una mujer a volver con su pareja.
“Para empezar, el ciclo de la violencia es algo progresivo, no es algo que uno enfrenta de buenas a primeras, sino que uno va generando una erosión en la autoestima de la mujer, va generando una relación de dependencia económica y eso hace que no se denuncie en el momento adecuado o que muchas veces se retire la denuncia”, indica.
Según la entrevistada, en el ciclo de la violencia hay una etapa de arrepentimiento donde se pide perdón y se hacen promesas para volver, sin embargo, ese retorno puede ser más violento.
“Creen en esa promesa, retornan a ese entorno violento y muchas veces se vuelve a repetir ese patrón con mayor agresividad. Es ahí donde la violencia se tiene que ver como un problema público y no como un problema privado, no como un problema que se resuelve como un asunto privado, sino como las autoridades tienen que tener la capacidad de dar seguimiento a ese caso en el que la pareja tiene que tener un monitoreo”, reitera.
La representante de ONU Mujeres dice que en algunos casos los victimarios tienen sensación de que sus actos quedarán en la impunidad y vuelven a repetir sus acciones hasta causarles la muerte a sus parejas.
“No es una situación individual, que los victimarios o perpetradores tienen esa sensación de impunidad, de propiedad y por tanto vuelven a repetir y en muchos casos llegando la muerte”.
Otras causas de esa reincidencia están vinculadas con la dependencia económica o los señalamientos que sus familiares realizan en su entorno.
“¿Qué hacemos con mujeres que están en un patrón violento al interior de su familia? y que luego no tienen otra forma de generar ingresos, muchas veces tienen que someterse a conciencia de esta relación violenta y finalmente el entorno familiar, de apoyo en el que no les creen, las culpabilizan, dicen ¿qué hiciste tú para provocar esa situación violenta? Y entonces ellas internalizan que son culpables y merecedoras de esa agresión. No tienen esa red de apoyo que puede ayudarlas a desnaturalizar la violencia”.
Machicado puntualiza en que la violencia no debe ser vista como normal porque si se contextualiza y se buscan justificaciones, es difícil lograr un cambio.
“La violencia se empieza a ver como algo muy natural, como algo cotidiano, aceptable y entonces –ellas– creen que son las culpables, que se lo merecen”, enfatiza.
NO ES NORMAL
La representante de ONU Mujeres dice que todos los sectores juegan un papel importante en la violencia contra la mujer, inicialmente se debe promover que este fenómeno no es natural y no debe ser tolerado ni silenciado, al contrario debe denunciarse y el Estado responder a ello.
Por otro lado, explica que es imprescindible entender que las mujeres tienen los mismos derechos que los hombres y se deben crear condiciones para que puedan desenvolverse en su entorno.
“Tenemos que tener un enfoque de derechos, no es ver a la mujer como víctima, como vulnerable, es reconocer que mientras la mujer no tenga un pleno ejercicio de sus derechos y no sea reconocida como iguales en una sociedad, la violencia seguirá siendo un mecanismo para perpetuar la diferencia en los derechos de las mujeres”, dice.
La profesional agrega, “no es sólo hacer un llamado a los hombres para no ser violentos, sino hacer un llamado para que reconozcan a las mujeres como sujetos de derecho, actoras, protagonistas, que deben tener las mismas oportunidades y darse condiciones para que sean ciudadanas plenas”, concluye.
COMPROMETIDOS
Árkel Benítez, viceministro de Prevención de la Violencia y el Delito del Ministerio de Gobernación (Mingob), expresó que esta administración está comprometida para atender el tema de la violencia contras las mujeres y por ello busca prevenir hechos que atenten contra la vida y dignidad del género femenino, por ello trabajan en conjunto con diferentes organizaciones.
“Estamos trabajando en una mesa de diálogo y se logró que ONU Mujeres nos apoye con una nueva aplicación para el Observatorio 24-0 porque queremos desagregar información por género, en temas de homicidios, e ir bajando capa por capa hasta llegar a ese tipo de registro y agresiones que no sólo van en contra de violentar físicamente a las mujeres, sino también violencia psicológica que no está muy visible. Pretendemos llevar un registro adecuado de información, pero sobre todo prevenir esas acciones en contra de las mujeres”, indicó.
Por otro lado, el funcionario agregó que desde la Cartera del Interior en conjunto con la Vicepresidencia de la República se ha fortalecido a la Policía Nacional Civil (PNC), con investigadores especializados en temas de violencia sexual y trata de personas.
A pesar de estos argumentos, el año pasado se conoció de los atrasos y reducción de fondos para el funcionamiento de los Centros de Apoyo Integral para Mujeres Sobrevivientes de Violencia (CAIMUS), del Grupo Guatemalteco de Mujeres (GGM) –que dependen de la Cartera del Interior–.
Según Cecilia Álvarez, coordinadora de Incidencia de GGM, en el 2013 se brindó atención integral a un total de 20 mil 277 mujeres, de ellas 4 mil 999 llegaron por primera vez y 15 mil 778 continuaron por procesos iniciados. La ayuda puede ser legal, psicológica, médica, entre otras.
Benítez admitió los atrasos, pero indicó que están conscientes de la necesidad de atender el problema y por ello este año incrementarán los fondos para los CAIMUS.
“Se fueron manejando una serie de convenios que se han firmado con la organización que maneja el tema de CAIMUS que es GGM y esa parte se manejó a nivel administrativo directamente el área financiero del Ministerio. Nosotros desde que retomamos la importancia que tienen los CAIMUS, lo primero a lo que nos estamos comprometiendo es a mejorar el sistema de gestión y eso pasa por el incremento de presupuesto y que permita dar cobertura en todo el territorio”, afirmó Benítez.
El viceministro dijo que el monto asignado para este año será de Q20 millones, anteriormente tenían alrededor de Q5 millones pero esto dependerá del Ministerio de Finanzas Públicas; en febrero posiblemente se “concretará ese esfuerzo”, indicó.
Las mujeres víctimas de violencia pueden buscar ayuda a través de las Oficinas de Atención a la Víctima de la PNC, que se encuentran en las comisarías y subestaciones de todos los departamentos.
Los CAIMUS ofrecen asistencia inmediata y de emergencia a las mujeres víctimas de violencia intrafamiliar y a sus hijos menores de edad:
Guatemala Emergencia: 4037-1002 y 4037-2074
Escuintla Emergencia 4216-1070
Suchitepéquez Emergencia 4616-5681
Baja Verapaz Emergencia: 4066-6125
Quetzaltenango Emergencias: 5241-0801, 5515-2473 y 5822-6572
Chimaltenango Emergencia: 5589-0222
Petén Emergencia: 5726-1381
La línea de Atención a la Víctima del Instituto de la Defensa Pública Penal (IDPP), es 1571.
Cirilo Canté
Padre de Luz