Cuando militaba en Arsenal, Edú se acostumbró al césped inmaculado del estadio Highbury. El encargado de cuidar la cancha, Paul Burgess, se hizo tan famoso que fue contratado por el Real Madrid.
Al regresar a Brasil tras concluir su carrera en el 2009, Edú se sorprendió al ver el estado de muchas canchas. Incluso hoy, en que Brasil se prepara para llevar a cabo la Copa Mundial, las canchas no se pueden comparar con las de Europa, según Edú, que jugó ocho años en el Viejo Mundo.
«Inglaterra y Alemania tienen canchas fantásticas. Las de España también son buenas», declaró el mediocampista. «En el resto del mundo están en otro nivel, por encima del de Brasil». Edú, quien trabaja ahora en funcionas administrativas en el Corinthians, le dice a quien quiera oírlo que Brasil debe mejorar sus canchas.
«Siempre que hablo con alguien, con dirigentes y con la prensa, le digo ‘invirtamos un poco más para mejorar los terrenos de juego»’, comentó. «Tenemos grandes jugadores en Brasil, pero necesitamos grandes terrenos».
Las canchas malas no son nada nuevo en Brasil. Si bien su clima es propicio para los cultivos, se abusa mucho de los terrenos, en los que se juegan demasiados partidos, y no se los cuida lo necesario. El astro Ronaldo le dijo a la AP que en su primer club, el Sao Cristovao, de Río, se usaban cabras para recortar el césped.
«La cancha no era la mejor, como se puede imaginar, pero las cabras ponían mucho empeño», expresó en un correo electrónico. «El club no tenía dinero y las cabras eran la solución más barata que pudieron encontrar para cortar el césped».
Ronaldo expresa que él y Bebeto, ambos embajadores del Mundial del 2014, «le hablamos constantemente a los dueños de los estadios acerca de la importancia de tener terrenos buenos».
«Queremos que sea uno de los legados de la Copa Mundial», señaló Ronaldo. «El costo del terreno de juego representa, en promedio, menos del 1% de la inversión total que requiere la construcción o renovación de un estadio. El impacto, sin embargo, es enorme, pues el césped a lo más importante para los jugadores».
El estado del césped es apenas uno de los problemas que enfrenta la Copa Mundial, que ha generado alarma por las demoras en las obras y una deficiente infraestructura a la que le costará mucho acomodar a las multitudes que visitarán el país.
A ello se suma una agitación social por el estado de cosas y por las grandes inversiones hechas en este torneo y en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro del 2016 en momentos en que el país tiene muchas carencias.
Los brasileños dicen que una de las razones por las que tienen tan buen control del balón es que se deben adaptarse a superficies irregulares.
«Es por ello que el jugador brasileño es un artista», afirmó Rubens Minelli, exjugador y técnico, en una entrevista. Recuerda lo maravillado que estaba cuando viajó a Inglaterra con Internacional y vio el césped de Newcastle. «Muy rápido», manifestó.
Lo mismo le pasó a Juninho cuando se incorporó al Middlesbrough en 1995. «Increíble», expresó en una entrevista. En Brasil «no hay canchas tan buenas como las de Inglaterra».
«Jugué dos veces en Wembley y el césped era espectacular», comentó.
Yves de Cocker, director de siembra de césped de la empresa Desso GrassMaster, dice que Brasil no ha incorporado las últimas técnicas para la siembra. Esa firma ha trabajado en decenas de canchas alrededor del mundo, incluida la de Wembley, el Estadio de los Emiratos donde juega Arsenal desde el 2006 y otros campos famosos. Inyecta fibras de plástico para reforzar el césped. Tres clubes brasileños adoptaron esa técnica –Gremio, Santos y Corinthians– y también se empleará en el nuevo estadio de Sao Paulo donde se jugarán seis partidos de la Copa Mundial, incluido el inaugural.
«Me temo que los campos de Brasil, en su estado actual, no se pueden comparar con el nivel promedio aceptado en Europa», afirmó De Cocker en una entrevista telefónica.
Añadió que las autoridades brasileñas «subestimaron mucho» las dificultades de mantener los terrenos en estadios modernos, con techos que producen sombras y generan «condiciones muy malas para el césped».
En el nuevo estadio de Gremio en Porto Alegre, a ser usado para entrenamientos durante el Mundial, los dirigentes del club importaron de Holanda plataformas sobre ruedas con luces gigantescas para dar vida a un terreno que tenía sectores pelados cuando la AP lo visitó en diciembre.
«La mitad del año no hay sol en esta parte, o en aquella», agregó el director de operaciones de Gremio Rómulo Siqueira, señalando ambos extremos de la cancha.
Gremio por lo menos tiene césped. La situación en el estadio de Curitiba a ser usado en el Mundial es más alarmante: a seis meses del Mundial, no hay ni una brizna de hierba, solo tierra y pedregullo.
De Cocker dijo que las canchas a ser usadas en el Mundial podrían no soportar el ritmo de juegos, ya que habrá varios partidos en un mes. En la Copa de las Confederaciones del año pasado, «casi todas las canchas tuvieron problemas graves», expresó el experto.
«No creo que el clima tenga mucho que ver con los problemas que tienen los clubes para contar con buen césped», señaló. «Hay un proceso de aprendizaje. El único problema es que pareciera que todos esperan que Brasil esté mucho más adelantado en ese proceso de lo que realmente está».
Ronaldo admite que «la mayoría de nuestras canchas no se pueden comparar con las de Europa». «Pero las cosas están cambiando y confío en que pronto estaremos a su altura», añadió.