La guerrilla de las FARC admitió la responsabilidad de uno de sus frentes en un atentado con explosivos que la semana pasada dejó un muerto y casi 60 heridos en el suroeste de Colombia, y anunció que tomará «correctivos» por haber sido ejecutado sin consultar, según un comunicado difundido hoy.
El ataque fue cometido con una bomba de 50 kilos de explosivos mimetizada en una motocicleta que fue abandonada en un sector céntrico del municipio de Pradera, en el departamento de Valle del Cauca.
La bomba afectó las instalaciones de la Alcaldía y otras oficinas públicas, y provocó la muerte de un hombre. Otras 56 personas fueron llevadas a hospitales por múltiples heridas.
En un comunicado publicado en su página web, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) indicaron que su secretariado nacional (cúpula de mando) indagó sobre el caso y estableció que el ataque fue cometido por el bloque «Arturo Ruiz», que opera en esa región del país.
«El Secretariado Nacional de las FARC expresa su repudio y condena ante este tipo de hechos», expresó el grupo, tras indicar que aplicará «los correspondientes correctivos disciplinarios».
«Estamos claros de que los responsables jamás tuvieron la intención de ocasionar algún daño a la población civil no combatiente, lo cual no excluye su responsabilidad por la falta de previsión de los efectos contra ella que pueden ocasionarse con ese tipo de acciones. Así no se hace la guerra, esa no es la filosofía ni la orientación política o militar que nos caracteriza», agregó el grupo.
El atentado fue cometido el 16 de enero, pocas horas después de concluir una tregua unilateral de un mes anunciada por las FARC.
Después de ese atentado se han registrado varios bombardeos de la Fuerza Aérea y ataques del Ejército que dejan como resultado la muerte de 26 guerrilleros y la captura de 14.
Por su parte, el máximo jefe de las FARC, Rodrigo Londoño, alias «Timoshenko», aseguró en una carta publicada en la misma página de Internet que su organización logró impactar a dos helicópteros militares en operaciones cumplidas el 22 de diciembre y el 9 de enero.
Según «Timoshenko», un helicóptero fue «destruido por completo» el mes pasado en el municipio de Briceño, en el departamento de Antioquia (noroeste), mientras que el más reciente caso sucedió cerca de Anorí, en la misma provincia.
El líder guerrillero criticó al gobierno por «ocultar» esos reveses militares y atribuir la caída de las aeronaves a fallas mecánicas u otras causas por establecer.
«Timoshenko» señaló que el Ministerio de Defensa «ha asumido la posición de callar y ocultar los golpes propinados por la insurgencia a su aparato de muerte y terror. Los helicópteros, por ejemplo, se están cayendo por obra de accidentes y casualidades, cuando no se puede ocultar su caída, o sencillamente jamás son alcanzados por el fuego guerrillero».
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ha felicitado varias veces en la última semana a las Fuerzas Militares por la ofensiva, con el argumento de que la persecución contra la guerrilla se debe mantener «como si no hubiesen conversaciones en La Habana».
El gobierno colombiano y las FARC iniciaron en Cuba un proceso de paz a finales de 2012, que ya deja acuerdos en los dos primeros puntos de la agenda, referidos al desarrollo agrario integral y la participación en política de los guerrilleros que se desmovilicen.