La presidenta interina Catherine Samba-Panza juramentó hoy y exhortó a los combatientes a que depongan las armas luego de los recientes saqueos de vecindarios islámicos y la agravación de las tensiones sectarias en la República Centroafricana.
Samba-Panza, la primera mujer en gobernar el país, asumió la presidencia durante una ceremonia días después de que la eligiera un consejo nacional de transición.
Michel Djotodia, jefe insurgente artífice del golpe de estado de marzo de 2013, dejó el poder hace casi dos semanas en medio de las crecientes críticas internacionales a su incapacidad para controlar a los combatientes bajo su mando y frenar la violencia.
En su discurso inaugural, Samba-Panza pidió que apoyen la paz tanto los combatientes musulmanes responsables del golpe de estado como los grupos paramilitares cristianos que se alzaron en oposición a ese hecho.
«Hago un firme llamado a los combatientes a que muestren su patriotismo deponiendo las armas», dijo la gobernante. «Ya no se tolerará el desorden en el país».
La República Centroafricana ha sido durante meses escenario de violencia sectaria, en la que más de 1.000 personas perdieron la vida en Bangui en el curso de varios días solamente en diciembre.
Aproximadamente un millón de personas han huido de sus casas y 100.000 de ellas viven dentro y en los alrededores del aeropuerto de Bangui bajo la protección de soldados franceses.
Funcionarios de las Naciones Unidas han advertido del alto peligro de que la crisis se agrave y se convierta en un genocidio, atizado por la lucha entre las comunidades cristiana y musulmana en el país, el cual tiene un largo historial de golpes de estado y dictaduras.
El estudiante universitario Christian Bernis Latakpi, de 24 años, expresó confianza en que Samba-Panza, la alcaldesa de Bangui desde junio, traiga la reconciliación que tanto se necesita después de los meses de derramamiento de sangre.
«Desde la independencia, los hombres han llevado siempre las riendas del país y han fallado en ese cometido», afirmó.
«Esperamos que ella traiga rápidamente seguridad y reconciliación entre nuestros hermanos musulmanes y cristianos. No podemos desconocer a los centroafricanos musulmanes porque nacieron aquí y crecieron aquí. Ahora corresponde a la madre reconciliar a estas comunidades diferentes», apuntó.
Sin embargo, las tensiones se avivaron en Bangui en las horas previas a la inauguración de la presidenta interina. Centenares de cristianos protagonizaron el miércoles desórdenes, en los que saquearon e incendiaron viviendas y negocios de musulmanes, al tiempo que amenazaron con perpetrar una oleada de matanzas.