Otras letras


Eddy Roma

Youre Merino Pérez es cubano y nació en Banes, municipio de la provincia de Holguí­n, en 1975. Preside la Asociación Hermanos Saí­z de su localidad; dirige el programa radial «La oreja de la noche», y edita el fanzine Suffering, donde entrevista y reseña a bandas de metal extremo que operan dentro y fuera de Cuba. La promotora literaria «Pedro Ortiz», de Holguí­n, resalta que la temática de Anti-Pop ?2006, primer libro de Youre? «es variada, explora tópicos inusuales con un afán desacralizador y una voluntad lúdica problematizando ciertas zonas de la realidad que circunda al poeta». Poesí­a que se nutre de múltiples referentes musicales y literarios, de Pink Floyd a Luis Rogelio Nogueras, que pronto entabla amistad con el primer lector que encuentren.


Ofrenda de una flor rebajada de precio

Toma esta flor,

no mancha ni irrita la piel,

guárdala con cariño

despide un aroma fresco

elaborado de esencias naturales,

préndela en tu cabello

lo suaviza y le restablece su brillo,

deslí­zala por cada rincón

de tu cuerpo

crea una perfecta sensación de bienestar,

no la expongas a la luz

es solo una flor,

una flor

descafeinada

baja de azúcares

no altera la colesterina.

Mantenla lejos del alcance de tu esposo.

Vera

El aire que despides por la nariz

calienta los escombros

de lo que fue un bigote.

Tus nalgas son frutos

que escapan de mis manos.

Nunca mostré habilidades como topógrafo.

Mi oreja es una moneda de terciopelo

que no dejas de frotar.

Pasado un rato

somos un complejo sistema

de trueques y regalí­as,

inevitable fábula de carne.

Cuando alguien nos deja

Cuando alguien nos deja

o en un acto inconsciente

y deliberado

fuerzas su partida,

en contra de tu voluntad,

convencido hasta la médula

de que ha sido lo mejor para ambos

(o lo mejor para uno de los dos),

entonces te percatas

que este hirsuto ejercicio de amar

y dejarse querer

no es la ingenua rutina

de agitar

la leche caliente

sin golpear las cóncavas fronteras

de la taza.

Si por alguna casualidad

arribas a la automática resolución

de que esta suerte de eventos

contarán con el beneplácito

de la persona que llevas escondida,

(que no miras ni con el rabo del ojo)

entonces no importa

que manejes la cuchara con torpeza

o te quemes la lengua.

Pasadas las cinco de la tarde

El joven Marx

con el mejor de los ánimos

y la punta de su paraguas danés

recitaba su jolgorio

a los abúlicos adoquines del fatigado Londres.

Lucí­a con pose de camaleón

una endémica levita de Flandes,

en la diestra sostení­a

el nacarado reloj

como obsequio de un pariente prusiano.

Los gemelos suscitaban la envidia

del ministro de finanzas,

y el calzado

le costó la existencia

a una docena de hermosos antí­lopes,

considerando que era un pedido especial.

Dejando a un lado estas?

burguesas divagaciones,

todaví­a se consideraba un genuino

representante

de la clase obrera.

Bajo un puñado de nubes rojas

a) obscured by clouds

Dos señores entrados en edad

se abrazan en el extremo de un puente

trazando la ruta imaginaria

de los buques en un puerto cercano.

A unos escasos metros,

sin modificar el ángulo

al que ha sido apuntalado,

Munch entona el más célebre alarido

que humano haya osado pronunciar.