El poderoso jefe del Ejército tailandés, el general Prayuth Chan-ocha, amenazó hoy con una intervención de los militares si la violencia sigue subiendo en el país, después de que desconocidos dispararan con una ametralladora contra un líder de los «Camisas Rojas», afines al gobierno.
«Si la situación escala a un nivel insostenible, los militares no tendrán más elección que aportar una solución», dijo el general citado por la radio estatal MCOT.
Poco antes, había entrado hoy en vigor el estado de excepción en la capital Bangkok y sus alrededores, que permite al gobierno prohibir manifestaciones, implementar toques de queda o limitar la libertad de medios, aunque hasta ahora no ha utilizado ninguna de estas opciones.
«La orden tiene un fin disuasorio», dijo Sihasak Phuanggetkeow, un alto funcionario del Ministerio del Exterior. «No se empleará la violencia de ninguna manera, se pide la mayor moderación», añadió. El gobierno actos violentos durante las elecciones previstas para el 2 de febrero, uno de los motivos por los cuales decretó el estado de excepción.
También en otras partes del país se registraron enfrentamientos entre opositores al gobierno y seguidores de la primera ministra Yingluck Shinawatra.
Desconocidos dispararon con una ametralladora contra Kwanchai Praipana, uno de los líderes de los llamados «Camisas Rojas», cuando se encontraba frente a su casa en la provincia de Udon Thani, en el noroeste de Tailandia. Según informó el diario «Bangkok Post» en Internet, fue herido en el brazo y la pierna.
El general Chan-Ocha afirmó que los militares tienen sobre el terreno 40 compañías para mantener el orden.
Los opositores al gobierno afirman que la policía está en su contra. Tras los atentados con granadas contra los manifestantes con un muerto y más de 60 heridos, la policía detuvo el martes por la noche a dos hombres cerca de un campamento de manifestantes que tenían en su poder 23 bombas de fabricación casera, armas y municiones, informó el canal público PBS.
Las atracciones turísticas, como el palacio real y los centros comerciales, permanecieron abiertas al igual que otros días. El Ministerio del Exterior tailandés recomendó a los turistas evitar las aglomeraciones de gente. «Si bien la cantidad de manifestantes se va reduciendo, la situación sigue siendo inabarcable», informa su página web.
El presidente de la Cámara de Comercio tailandesa, Isara Wongkusolkij, dijo que el estado de excepción afecta la imagen de Tailandia y podría ahuyentar a los visitantes extranjeros, informó el diario «Nation». Con las continuas protestas la economía del país pierde diariamente unos 16 millones de euros (21,7 millones de dólares).
Los opositores, sin embargo, desafiaron el estado de excepción y volvieron a protestar en las calles de Bangkok. «Hasta que logremos nuestro objetivo», dijo un portavoz del Comité de Reformas Democrático del Pueblo, Akanat Promphan.
Los manifestantes exigen la dimisión del gobierno y buscan impedir que se celebren las elecciones adelantadas para el 2 de febrero. Prefieren un consejo no electo que dirija al gobierno por un periodo e implemente reformas.
Algunos manifestantes rodearon hoy un edificio en el que trabajaba transitoriamente la primera ministra Yingluck Shinawatra, que huyó por una puerta trasera, informaron medios locales.