Resulta esperanzador y refrescante, la disposición de los comisionados a postular candidatos al Tribunal Supremo Electoral, sobre hacer públicas sus sesiones, votaciones y decisiones, porque responde a un clamor de la sociedad en querer conocer a fondo y con certeza, sobre quiénes integrarán el tribunal electoral para los siguientes 6 años.

Esperanzador se explica, porque contrario a lo que algunos pensaban y consideraban ya como una cubierta legal (protegido por una ley de rango constitucional), ubicaban a los comisionados explicando que la Ley de Comisiones de Postulación no era superior a la norma específica en materia de elecciones. Sin embargo, un buen análisis jurídico con soporte constitucional, permitió indicar que para la Carta Magna guatemalteca el principio de publicidad de los actos administrativos, y éstos en particular por su importancia, deben ser públicos, con el sólo propósito de que la sociedad pueda conocer y argumentar sobre los distintos candidatos que se postulen.

La materia electoral no es un juego. Y muy a pesar que algunos consideran que su trabajo es solamente cada 4 años, los Magistrados Electorales tienen (o debieran tener) una agenda muy desarrollada en cuanto a fortalecer la institucionalidad del órgano, capacitar a su personal, educar en materia electoral a la población y por supuesto, garantizar que los escrutinios a nivel nacional, desde el más pequeño municipio y su contienda local, hasta la elección más importante de los Organismos Legislativo y Ejecutivo, sea legal, transparente y eficiente.

El nuevo tribunal, encontrará un escenario complicado en el país. Un proceso pre-electoral arrancado, el irrespeto de las normas por los partidos políticos y una débil representación a nivel nacional, son de los grandes retos, conjuntamente con lo que se espera tome vigencia pronto, las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos aprobada en 2013 por el Congreso. Esta reforma, que no es exactamente la ideal, si mejora algunos aspectos que son importantes, tales como las acciones afirmativas para las mujeres.

Por ello, la escogencia de estos magistrados, conlleva a encontrar a mujeres y hombres valientes, probos y comprometidos con Guatemala, entendiendo que su rol es por demás trascendental para el futuro del país, y su estabilidad democrática, la cual empieza, como decía Jefferson, con el voto libre.

La Comisión Postuladora entonces, puede iniciar su trabajo con satisfacción de haber dado un paso correcto, y al mismo tiempo debe permitir el escrutinio social para con aquellos candidatos que por alguna razón u otra, no llenen el perfil deseado de un Magistrado Electoral, ya sea por su capacidad, o su experiencia. Además de ello, están obligados a denunciar cualquier intento o acto de tener acuerdos por fuera de la solemnidad de las sesiones realizadas, y que viole los principios de publicidad y transparencia que ya acordaron.

Los guatemaltecos estarán vigilantes de este proceso y de todos los que durante el presente año se llevarán a cabo, esperando que los resultados de escoger a las mejores personas y profesionales, rinda frutos en el futuro próximo para el país. De lo contrario, en resistencia pacífica y solidaria, darán batalla a quienes lesionen los intereses del Estado y sus habitantes, en especial aquellos cuya voz cuesta que se escuche, o si se les oye no se les pone atención. Como dice el Popol Vuh “que todos se levanten, que nadie se quede atrás”.