Como lo ordena la ley, el gobernante Pérez presentó el pasado 14 de los corrientes, ante el pleno incompleto del Poder Legislativo –tres bancadas de diputados opositores no asistieron al acto en señal de protesta–, el segundo informe de labores, dando cuenta de las acciones que el Ejecutivo implementó durante el año 2013.
Además de hacer alarde de una retórica política extensa, el informe está repleto de números, de porcentajes, de indicadores, en suma, es una amalgama de cifras, por supuesto, todas en sentido positivo, que solo los expertos pueden descifrar, aunque la mayor parte de ciudadanos comunes no logran comprender a cabalidad.
El Ejecutivo pretende hacer creer que las acciones realizadas, fueron obra de súper héroes, de funcionarios que se consideran a sí mismos ser parte del “mejor Gobierno de la historia”, tal como algunos lo han proclamado a los cuatro vientos, afirmación que desde luego sólo ellos la creen.
Están actuando igual que los políticos y funcionarios de la administración anterior (Colom-UNE), quienes en su oportunidad, también vieron la necesidad de autocalificarse como “los mejores”, ¡ja, ja, ja!
¿A quién quieren engañar? En el tema de la seguridad pública, la mayoría de la gente de este país, percibe que persiste el clima de inseguridad e indefensión ante las acciones de grupos criminales que continúan extorsionando, robando y asesinando personas con absoluta impunidad.
En el área de la infraestructura vial, la mayor parte de carreteras se mantienen en mal estado, llenas de baches –cráteres digo yo–, carentes de señalización, sin mantenimiento adecuado, cuyo deterioro provoca daños serios a los automotores y muchas veces son causa de accidentes mortales. Los ejemplos sobran en la Costa Sur, hacia Suchitepéquez o hacia el oriente, hacia el norte o al occidente.
Como ahora los flamantes funcionarios suelen moverse en helicóptero o en avioneta, no se percatan de ese tipo de situaciones y se creen el cuento de que todo está bien.
En el campo de la salud, puede que haya avances en el combate a la desnutrición y el hambre, pero nada se dijo en el informe sobre el deplorable y precario estado de los hospitales, de la carencia de medicinas y el escaso acceso de la población a los servicios de salud.
El gobernante Pérez, tampoco dijo nada en el informe sobre el incremento de la conflictividad social en el tema agrario, los efectos de la extensión de los monocultivos para producción de agrocombustibles, sobre las actividades mineras o la construcción de hidroeléctricas.
Nada se dijo sobre cómo controlar y erradicar las persistentes violaciones a los derechos humanos, de las poblaciones que defienden la vida y el territorio, sobre el irrespeto a los derechos de los pueblos indígenas o sobre el racismo y la discriminación que persisten.
El informe en cuestión, tampoco se refirió a los intentos por imponer la mordaza a la libertad de expresión, de pensamiento, de investigación y de información, amenaza que continúa latente.
En fin, estos y muchos otros temas no fueron incluidos, no merecieron la atención de los gobernantes; de la misma manera que se muestran intolerantes ante la crítica ciudadana, son incapaces de practicar la autocrítica y reconocer con humildad errores y limitaciones. Olvidan que son servidores públicos temporales y que están obligados a cumplir con su trabajo.
P.S. Repudio con indignación, la violenta ejecución extrajudicial de JUAN de LEÓN TUYUC VELÁSQUEZ, líder revolucionario, dirigente indígena, defensor de derechos de los pueblos originarios, de la justicia social, de la democracia y la construcción de la paz. Acompaño en su dolor a su esposa, hijas y demás familia, en particular a la querida compañera Rosalina Tuyuc. Me sumo para exigir a las autoridades respectivas, que investiguen el hecho, identifiquen a los responsables y sean sometidos al peso de la ley.