Hay dos conceptos mediante los cuales se puede averiguar cómo van progresando los alumnos en su rendimiento escolar durante el ciclo de estudios. El primero es a lo que estamos acostumbrados a usar, la medición. Es sumar una serie de números, resultado de exámenes cortos o largos, durante el período escolar y que muchas veces no tienen conexión unos con otros. Son pruebas que se fijan en las habilidades de pensamiento más elementales; básicamente pidiendo al alumno recordar información acerca del contenido del Currículum Nacional Base (CNB) presentado en el aula, sin mayor profundidad.
Las cifras se suman para sacar un promedio que representa la calificación consignada en una tarjeta de calificaciones diseñada para ese fin. Tales cifras, son o pueden ser usadas para hacer una estadística sobre cómo están los alumnos en su rendimiento escolar, en relación al CNB y ahora usado para decir si el maestro es bueno o débil.
Al fin de cuentas, el énfasis está puesto en números sacados de pruebas fáciles de corregir y que son más fáciles de obtener que las otras alternativas disponibles. Es una medición de aprendizaje.
El segundo concepto es una evaluación que representa una retroalimentación inmediata y continua durante el proceso de enseñanza/aprendizaje; es formativa. La formación significa que se busca un sentido atrás de las acciones educativas en el aula. Formación, es tener la posibilidad de corregir los errores cometidos, de inmediato y así practicar lo correcto para tener resultados positivos al final del período escolar. Formación, es la utilización de las habilidades de pensamiento más completos, profundos, donde se está evaluando para el aprendizaje.
La evaluación realmente es utilizada como la instrucción en el proceso donde el alumno aprende de sus errores. La evaluación, es formativa porque toma en cuenta no sólo el CNB sino también los intereses demostrados por los mismos alumnos, que profundizan los conceptos del contenido presentado en el aula. Es una formación ágil y dinámica que provee mucha motivación a los alumnos a usar la búsqueda, curiosidad y creatividad, en el proceso.
La evaluación formativa mantiene un hilo entre el contenido del CNB y los intereses de los alumnos. Los maestros pueden usar una serie de opciones diferentes para obtener la información necesaria en el avance de los alumnos. Sí, hay un examen al final del período en cuestión para reportar una calificación. Sin embargo, el examen toma múltiples formas, no únicamente contestar en un papel una serie de preguntas que sólo admiten una respuesta.
El énfasis de la evaluación que forma, está en los alumnos, su propósito es ayudarlos a obtener el éxito, lo que les hace sentirse motivados; a la vez produce un círculo de querer seguir probando más acciones educativas, cada vez más complejas. Es un proceso en espiral que sí puede ser evaluado. Eso sí, es más complicado, implica más tiempo de los maestros. Es difícil producir números porque toma en cuenta al alumno completo y no solamente su poder cognoscitivo.
Hago esta extensa introducción porque al principio del año escolar, que se inicia oficialmente hoy jueves 16, los maestros están poniendo énfasis en su planificación de cómo presentar el contenido de cada materia académica. Pues, también hay que pensar en el cómo se va a determinar el rendimiento escolar de cada alumno.