A un paso del contrato


Esperanza. La fábrica francesa de Areva pretende realizar un enorme negocio en China (foto de archivo).

El grupo nuclear francés Areva está a punto de obtener el mayor contrato de su historia en China: la construcción de dos reactores nucleares de tercera generación EPR, un año después de haber perdido un contrato similar que fue ganado por el grupo estadounidense Westinghouse.


Francia y China concluirán el martes en Pekí­n un acuerdo para la construcción en China de dos reactores EPR fabricados por Areva, dijeron el jueves varias fuentes.

La ministra de Economí­a francesa, Christine Lagarde, viajará para la ocasión a Pekí­n, donde será firmada una carta de intención.

El jueves aún se discutí­an ciertos elementos del contrato y si el documento serí­a firmado por los grupos industriales o por representantes de los gobiernos.

Se trata de un acuerdo entre el grupo público Areva y su socio chino CGNPC (China Guangdong Nuclear Power Corporation) para la construcción de dos reactores de agua a presión (EPR, por «European Pressurised Water Reactor»), más potentes (1.600 megavatios cada uno) que los reactores construidos en los años 80.

El contrato podrí­a acercarse a los 6.000 millones de euros (8.235 millones de dólares), ya que el costo de un EPR es evaluado en unos 3.000 millones.

La empresa eléctrica francesa EDF, candidata a explotar estos reactores, no firmará la carta de intención pero podrí­a concluir un acuerdo «luego», como inversor u operador, dijeron las fuentes.

Consultadas por la AFP, Areva y EDF se negaron a hacer comentarios.

A comienzos de febrero Areva dijo estar «en conversaciones avanzadas» con Pekí­n sobre este asunto.

En ese entonces, la firma del contrato se habrí­a topado con diferencias en el esquema industrial, ya que Areva deseaba suministrar la central bajo la modalidad «llave en mano», mientras que la compañí­a eléctrica china querí­a que Areva interviniese como simple proveedor.

En los proyectos «llave en mano», el contratista se compromete frente al cliente a cambio de un precio generalmente más alto a concebir, construir y poner en funcionamiento una obra determinada que él mismo previamente ha proyectado.

EDF también habrí­a propuesto un esquema alternativo, en el cual CGNPC era el jefe de obras, EDF el asistente y Areva intervení­a como proveedor.

Finalmente, Areva no abastecerá la central «llave en mano» sino que suministrará su reactor, su combustible (uranio) y los servicios asociados, o sea toda la cadena de valorización del mineral.

Este contrato podrí­a superar al ganado a mediados de diciembre por el grupo estadounidense Westinghouse en China, según un especialista del sector. Areva perdió este contrato de varios miles de millones de dólares para la construcción de cuatro reactores de tercera generación, de una potencia de 1.000 MW cada uno, para el suministro de los reactores, sin el combustible.

CGNPC, uno de los principales grupos eléctricos chinos, basado en la provincia de Guangdong (sur), es el socio histórico de Areva y EDF en China. Explota las centrales de Daya Bay y Ling Ao (sur), en la construcción de las cuales participaron Areva y EDF en los años 80 y 90.

Areva está construyendo un primer EPR «llave en mano» en Finlandia, como jefe de obras y proveedor, y deberí­a empezar las obras del segundo en Francia a fin de año en Flamanville (Mancha, noroeste), como proveedor.

El grupo francés también es candidato a la construcción de un EPR en Estados Unidos y otro en Gran Bretaña, paí­ses que decidieron reactivar la energí­a nuclear, menos contaminante que el petróleo.

Los certificados de inversiones (acciones sin derecho a voto) de Areva progresaban un 1,24% en la Bolsa de Parí­s el jueves a las 11H30 locales (09H30 GMT) a 815,50 euros, en un mercado estable.

EPR, reactor nuclear

El reactor europeo de agua bajo presión (EPR), por el cual el grupo nuclear francés Areva está a punto de obtener el mayor contrato de su historia en China, es un reactor nuclear de tercera generación lanzado en 1992 y ya vendido en Francia y Finlandia.

Fue desarrollado con las empresas eléctricas francesas EDF, y alemanas EON y RWE.

Finlandia debe poner en servicio en 2010-2011 un EPR (European Pressurised water Reactor) y Francia, donde cerca del 80% de la electricidad proviene de la energí­a nuclear, debe comenzar a fin de año la construcción de otro en Flamanville (Mancha, oeste).

El grupo francés también es candidato a la construcción de un EPR en Estados Unidos y otro en Gran Bretaña, paí­ses que decidieron reactivar la energí­a nuclear, menos contaminante que el petróleo.

En Francia, el EPR es destinado a tomar el relevo de una buena parte de los 58 reactores en servicio.

El parque francés actual (34 reactores de 900 megawatts, 20 de 1.300 MW y 4 de 1.450 MW), denominado de segunda generación tras los primeros prototipos de los años 1950 y 1960, comenzó a funcionar mayoritariamente en los años 80.

Concebido en su inicio para una duración de vida mí­nima de 60 años, este reactor EPR un poco más poderoso que sus predecesores (1.600 MW) utiliza una técnica ya probada, la de reactores de agua ligera, la más extendida del mundo.

Sus ideólogos aseguran que cuenta con una mejor utilización de combustible, una desmultiplicación de los sistemas de seguridad y una menor producción de desechos, lo cual es cuestionado por los grupos antinucleares, que la consideran una tecnologí­a ya obsoleta.

A más largo plazo, para reemplazar esta tercera generación en Francia hacia fines de siglo, los expertos de una decena de paí­ses investigan una cuarta generación que podrí­a ser desplegada a partir de 2030.