El delegado del Vaticano que dirige a la abrumada congregación de los Legionarios de Cristo llamó a sus integrantes a elegir a un nuevo líder con autoridad, después de sufrir por años la ignominia tras darse a conocer que su fundador fue un pedófilo.
Dijo que los nuevos dirigentes deben infundir un espíritu renovado a la orden religiosa para concluir un proceso de reforma que apenas ha comenzado.
El cardenal Velasio de Paolis celebró una misa para iniciar la reunión que durará un mes en la que los delegados de la Legión elegirán un nuevo dirigente y aprobarán nuevos estatutos que deberán enviarse al papa Francisco para su aprobación.
Con la reunión termina el experimento del Vaticano, que tardó tres años, para transformar a la congregación después de una investigación de la Santa Sede encontrara graves problemas en el movimiento, que se manejaba muy parecido a una secta.
En algún momento, los Legionarios de Cristo fueron considerados un ejemplo por el Vaticano debido a la ortodoxia de sus sacerdotes y su habilidad para atraer seminaristas y recursos en tiempos en que las vocaciones se reducían.
Pero en realidad, el fundador de la orden, el reverendo Marcial Maciel llevaba una doble vida, ya que abusaba sexualmente de seminaristas, era padre de tres hijos y creó un retorcido sistema de poder que mantenía en la ignorancia a la mayoría de sus integrantes y afectó la vida de la orden.
A pesar de que desde la década de 1950 se enviaron al Vaticano reportes verosímiles de que Maciel era pedófilo, drogadicto y manipulador, no fue sino hasta 2006 cuando el entonces papa Benedicto XVI llevó a Maciel ante la justicia. El prelado mexicano murió dos años después.