Habría que culpar al Sol. Orbital Sciences Corp. volvió a postergar su misión para enviar pertrechos a la estación espacial, esta vez debido a una intensa tormenta solar.
Se suponía que el Antares, el cohete no tripulado de la compañía, despegaría ayer desde la isla Wallops, en Virginia, con una cápsula llena de suministros y experimentos científicos para la estación espacial internacional. Pero los funcionarios de la empresa tomaron el inusual paso de postergar el despegue ante el temor de que la radiación solar pudiera arruinar la operación.
Antonio Elías, director técnico de Orbital Sciences, dijo que las partículas solares podrían intervenir con el equipo electrónico en el cohete y provocar un fracaso en el lanzamiento.
La nave de carga Cygnus iba a volar en diciembre, pero una falla en el sistema de enfriamiento requirió una caminata espacial para repararla. Esa labor, completada en Nochebuena, obligó a postergar la misión de suministro a esta semana. Pero entonces una ola de frío derivó en otra demora del martes al miércoles.
Frank Culbertson, vicepresidente ejecutivo de Orbital Sciences, con sede en Virginia, dijo que las demoras pueden ser frustrantes, pero hizo notar que el cohete en sí no tiene ningún problema.
«Todo lo que estamos demorando es el éxito que vendrá cuando ejecutemos esta misión», dijo a periodistas.
La erupción solar alcanzó su pico el martes por la tarde, pero se espera más actividad en la estrella. Las autoridades de la compañía indicaron que el miércoles por la noche decidirían si el jueves intentan el lanzamiento o aguardan hasta que el Sol se apacigüe.
Los expertos evalúan qué tanta potencia de la llamarada solar puede resistir el Antares en el despegue. Ello determinará si el cohete puede ser lanzado, afirmó Elías.
La NASA indicó que la actividad solar no representa ningún peligro para los seis hombres que están en la estación espacial. Los satélites también deberían estar a salvo de la más reciente erupción solar, señaló Elías. La cápsula Cygnus en el cohete, por ejemplo, está construida para resistir la radiación de las llamaradas.
Por otro lado, la NASA dijo el miércoles que la Casa Blanca anunciará una extensión de la vida útil de la estación espacial al menos hasta 2024. Anteriormente se tenía determinado que expiraría en 2020.
Esa es una buena noticia para las investigaciones científicas que están en el laboratorio orbital, dijo Bill Gerstenmaier, director de exploración humana y operaciones de la NASA. La primera pieza de la estación espacial fue puesta en órbita en 1998.
La NASA está recurriendo a dos empresas privadas —Orbital Sciences y SpaceX, con sede en California— para mantener abastecida a la estación espacial. La agencia acudió a la iniciativa privada luego del fin del programa de transbordadores en 2011.
Rusia, la Unión Europea y Japón también envían naves de suministro periódicamente.