Dos jugadores de póquer profesionales vencieron a una computadora, aunque por poco margen, en cuatro tensas partidas consideradas el primer campeonato de póquer que enfrentó al hombre con la máquina.
Phil Laak y Ali Eslami, dos jugadores de póquer de Los íngeles clasificados entre los mejores del mundo, obtuvieron la victoria el martes en Vancouver, en la costa pacífica canadiense, frente a un programa informático bautizado Polaris.
Pero la tarea de los hombres no fue fácil. La última partida, que se prolongó hasta entrada la noche era crucial, ya que las tres anteriores, disputadas el lunes y martes, se habían saldado con una victoria para los humanos y otra para la máquina, y una tercera partida con empate.
Filas de especialistas en informática y algunos espectadores que observaron la batalla estallaron en vítores cuando los humanos lograron la victoria.
«Estoy feliz de que haya terminado», declaró Ali Eslami, de 30 años, estimando que había disputado la partida más agotadora de su carrera.
Eslami, un ex asesor en computadoras, elogió a la máquina y a los informáticos.
«Me sorprende que hayamos ganado (…) ya es tan buena que será difícil vencerla en el futuro», cuando los científicos mejoren la programación de Polaris, estimó.
Los científicos habían anunciado la competencia como un hito para la inteligencia artificial, como cuando en 1997 la computadora Deep Blue derrotó al genio ruso Garry Kimovich Kasparov en una partida de ajedrez.
Darse Billings, otrora jugador profesional de póquer y líder del equipo de Polaris en la Universidad de Alberta, estimó que aunque el programa finalmente perdió, había jugado «en forma brillante».
Polaris mostró a los científicos que es posible para una computadora tener un buen desempeño en un juego como el póquer, esencialmente psicológico, indicó. «No me sorprendería que podamos derrotarlos mañana», pronosticó.
En enfrentamiento entre el hombre y la máquina, presentado como el primero de su tipo en el terreno del póquer, tuvo lugar en el marco de una conferencia científica sobre la inteligencia artificial en Vancouver, en la que participaron unos 1.000 científicos de todo el mundo.
«Esperaba un empate», opinó el especialista en informática Michael Littman de la Universidad Rutgers de Estados Unidos.
Littman fue el árbitro oficial del juego y al final declaró a los humanos «claros ganadores».
El póquer representa un desafío especialmente difícil para las computadoras -que actualmente derrotan sistemáticamente a los humanos en ajedrez, damas y backgammon- porque el tradicional juego de naipes en el que hay que apostar incluye el engaño deliberado, emociones imposibles de predecir de parte de los oponentes y elementos de suerte, además de matemática.