La represión que amenaza


EDUardo-Blandon-2013

Los gobiernos carentes de proyectos y escasos de materia gris, impulsados por la necesidad de construir alguna obra con significado, suelen tomar decisiones inspirados por la pasión.  Sin horizontes, pero con poder, ejercen la fuerza contra aquellos a quienes consideran enemigos, peligrosos de la estabilidad del gobierno.

Eduardo Blandón


Este es el caso de las acciones burdas del presidente Otto Pérez Molina y la vicepresidenta Roxana Baldetti en contra del periodista José Rubén Zamora. Frente al Director de elPeriódico se muestran determinados, ásperos, rígidos, lo contrario a la dulzura que muestran con quienes abusan desde la anarquía que dirigen a lo interno.

Lo que asusta, sin embargo, no es el caso puntual, ya de por sí abominable, sino el mensaje enviado a la prensa en general. La advertencia, que debemos recoger quienes nos dedicamos desde un medio de comunicación a ejercer la crítica a la corruptela que campea en el régimen que sufrimos.

No nos equivoquemos, este gobierno pasará a la historia no sólo como uno de los más inútiles y estériles de los últimos tiempos, sino como dilapidador de los bienes del Estado, la impunidad y la represión. Mano dura, sí, pero frente a la prensa independiente y quienes se atrevan a contravenir sus ambiciones, franciscanos y generosos con los amigos y achichincles.

Un gobierno democrático y emprendedor estaría concentrado en hacer obra y materializar proyectos, no en perseguir a la prensa y criticar a la sociedad civil. Pero, claro, con una Baldetti con problemas psicológicos (dice que ha tenido que recurrir a especialistas de la psique) y con un Presidente que no conoce otro recurso que la fuerza porque fue formado en cuarteles, no es mucho lo que podemos esperar.

La Prensa no debería tomar “el caso Zamora” a la ligera ni dedicarse a filosofar inútilmente sobre el atropello de los funcionarios de gobierno. Una prensa inteligente y libre debe ser clara en la denuncia y profética en sus acciones.  De lo contrario, la historia se encargará de ponernos en nuestro lugar por pusilánimes y alcahuetes.

Ojalá alguien aconseje al gobierno y quienes están en el poder escuchen para corregir el sendero. De lo contrario, me temo que estamos a las puertas de una represión que crecerá más y más con el tiempo. No se necesita ser demasiado visionario para enterarse de ello. Ojo porque demasiada indulgencia nos puede costar cara.