Expertos reunidos esta semana en Sidney en la conferencia de la Sociedad Internacional del sida expusieron diferentes mecanismos que permitirían disminuir la tasa de contagio por el virus y expresaron su optimismo por los progresos alcanzados.
Los especialistas concluyeron que el sida ya no es una sentencia de muerte en caso de que los enfermos reciban las drogas adecuadas a tiempo.
«Ahora estamos hablando de una esperanza de vida adecuadamente robusta», comentó Michael Lederman, especialista del Case Western Reserve University, quien ha tratado a pacientes con sida en los últimos 20 años y ha sido testigo de los avances en la lucha contra el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH).
La cuarta edición de la conferencia de la Sociedad Internacional del Sida concluyó ayer en Sidney, luego de cuatro días en los que unos 5.000 expertos presentaron más de 1.000 estudios.
El investigador estadounidense de la Universidad de Illinois, Richard Bailey, instó a las autoridades de Salud a promover activamente la circuncisión y aseguró que según evidencias científicas tal iniciativa podría reducir hasta en un 60% los casos de infección por el virus del sida.
Bailey basó su teoría en tres estudios efectuados en ífrica y aseguró que la circuncisión podría prevenir dos millones de infecciones y 300.000 muertes en la zona subsahariana del continente en un lapso de diez años.
Sin embargo, el investigador estadounidense admitió que la circuncisión no es un procedimiento médico de fácil implementación, puesto que «está afectado por prácticas y creencias culturales y religiosas, por lo que no es fácil para políticos y ministerios de Salud promoverla rápidamente».
Otro experto, el profesor estadounidense John Rossi del hospital City of Hope de California, dio cuenta de un revolucionario tratamiento contra el sida que modifica genéticamente las células para detener el virus.
Rossi sostuvo que las primeras pruebas en seres humanos se iniciaron hace poco en el hospital donde trabaja, en la culminación de un proceso iniciado a comienzos de los años noventa.
El procedimiento, conocido como inmunidad intracelular, implica modificar la información genética en las llamadas células T, que el virus del sida normalmente bloquea e infecta antes de duplicarse, para estimular el mecanismo de defensa.
«Se trata de una modificación permanente de estas células, para que mientras se mantengan en el paciente sean resistentes a las infecciones por VIH», comentó el especialista.
Rossi expresó que el objetivo primordial de la investigación era controlar completamente el virus del VIH o reducir su presencia en pacientes para que estos necesiten menos drogas para sobrevivir.
Por otra parte, la especialista estadounidense Annette Sohn hizo un llamado en el cierre de la conferencia a las grandes empresas farmacéuticas para que desarrollen medicinas retrovirales para niños, luego de que una investigación demostrara que el tratamiento en bebés podría reducir las tasas de mortalidad en un 75%.
Sohn, profesora asistente en la división de enfermedades infecciosas pediátricas de la Universidad de California en San Francisco, aseguró que existía una carencia de medicinas especializadas para tratar el sida en menores.
Según un estudio sudafricano presentado durante la conferencia, la tasa de mortalidad de los bebés que recibieron medicinas retrovirales a los tres meses de vida era en un 75% inferior a la de aquellos que no fueron tratados.
John Rossi del hospital City of Hope de California.