El primer ministro iraquí pidió hoy a los residentes y tribus de Faluya que «expulsen» a los combatientes de Al-Qaeda de esa ciudad occidental para evitar una batalla generalizada — comentarios que podrían indicar una inminente ofensiva militar para volver a ocupar el antiguo bastión insurgente.
El mensaje de Nouri al-Maliki fue formulado mientras decenas de familias huyeron de Faluya, a 65 kilómetros (40 millas) de la capital iraquí, Bagdad, por temor a una gran ofensiva.
Las fuerzas del gobierno iraquí rodearon la ciudad, situada en la en la provincia occidental de Anbar y que fue capturada la semana pasada por los combatientes de Al-Qaeda.
Al-Maliki no aclaró cómo espera que los residentes de Faluya y los tribales progubernamentales desalojen a los milicianos. En su alocución, transmitida por la televisión estatal, al-Maliki pidió además a las fuerzas iraquíes que eviten atacar las zonas residenciales de Faluya.
Junto con Faluya, los combatientes de Al-Qaeda ocuparon la semana pasada partes de la capital provincial de Ramadi.