Empresarios extranjeros, amalgamados con acaudalados colegas de ellos, de esta alegre parcela ístmica, están explotando a sabor y antojo algunos importantes servicios para la multimillonaria masa de usuarios.
Las tarifas que imponen legal o ilegalmente los foráneos nos tienen risa y risa, pero a ratos con el ceño fruncido, porque en cada período suben y suben a más no poder y para jo… ordaniarnos ante la indiferencia de estatuas de las autoridades, especialmente de una comisión específica del INDE y de la DIACO que parece estar durmiendo las 24 horas del día…
Una de tales empresas que nos dejan vacíos los bolsillos es la nada tontainas llamada Empresa Eléctrica de “Guatemala”, Sociedad Anónima, o sea la que Juan Pueblo llama significativamente Nana K-Lista que ya se pasó de lista, más que el finado Papi K-Listo de no tan viejos tiempos.
Cuando hacíamos preparativos en días cercanos a la Navidad 2013, doña Nana K-Lista se anticipó a felicitarnos y, generosamente…, darnos, en calidad de buenos presentes prenavideños, varios apagones que nos hicieron recordar aquella canción colombiana de lejanos días que dice “con el apagón, qué cosas suceden, con el apagón”…
Esas gracias de la Nana del cuento nos dejó a oscuras durante más de una hora en cada ocasión. Muchos negocios fueron seriamente afectados en sus intereses, excepción hecha de los poderosos que disponen de plantas propias para afrontar las emergencias.
A no pocos usuarios de aparatos eléctricos, como televisores, radiorreceptores, planchas, microondas, refrigeradoras, entre otros de sala, de cocina, etcétera, les han de haber ocasionado serios daños.
¡Aaaah!, pero, al hacer los respectivos reclamos, los altos e infalibles funcionarios de la empresa eléctrica por lo general o casi por lo general, dan respuestas negativas a los reclamantes. Dicen, esos señores, forasteros o chapines, que se investigará lo que se reclama, y llegan al colmo de los colmos a preguntar si en realidad hubo apagones, a qué hora y en qué fechas… ¡Qué cinismo!
Los apagones pueden ocurrir a las dos o tres horas de la madrugada y, a lo mejor, las víctimas de las gracias de la Nana K-Lista en esos momentos estarían soñando con los ángeles del cielo o con el cornudo satanás, por lo que si se dice que no puede precisarse la hora u horas de las tinieblas producidas por lo anómalo del servicio eléctrico, es problema para lograr el correspondiente resarcimiento. ¿Qué dirán los usuarios damnificados?
Ya es hora, aunque estemos en la penumbra, de que el Ministerio de Energía y Minas dé señales de vida para normalizar la situación, porque otros entes se mantienen durmiendo en las cenizas; no atienden los reclamos que se presentan contra las fallas y los abusos tarifarios de la mal llamada Empresa Eléctrica de “Guatemala”…, hoy por hoy en manos de tagarotes extranjeros y sus cómplices locales.
Pensamos que la decisión tomada gubernamentalmente en el pasado, relativa a privatizar algunos servicios, fue con la intención de que terminaran las deficiencias observadas en los manejos de dichos servicios; pero, desafortunadamente, al pueblo se le han impuesto tarifas extorsión, al grado de que se está sintiendo con la soga al cuello, a punto de ser ahorcado.
Muchos guatemaltecos, entre ellos quienes han prestado sus servicios en las diversas esferas oficiales, consideran conveniente que, si continúan los capitalistas de otros lares causando insoportables problemas al pueblo en una economía de por sí afectada por la devaluación de la moneda nacional, habría que ir pensando en la rescisión de los contratos suscritos con los mencionados entes que explotan irregular e inícuamente varios servicios que son necesarios, incluso indispensables en estos tiempos.
Nuestro país ha cumplido, digamos, las obligaciones contraídas con entidades públicas y privadas del exterior; en cambio, a Guatemala no le cumplen.