Pese a que tendrá un leve aumento, la distribución de recursos del Estado asignada a proyectos de salud y educación será insuficiente para cubrir todas las necesidades de la niñez y juventud, que a través de los años no ha sido prioridad para distintos gobiernos.
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De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés) en Guatemala, de los 400 mil niños y niñas que nacen anualmente, la mitad están condenados a padecer hambre y sufrir desnutrición crónica.
Y es que, según tales instituciones, cada 40 minutos muere un niño menor de cinco años por causas que pudieron ser prevenibles mediante el acceso a un sistema de salud pública efectivo, mientras que los sobrevivientes se enfrentan a un escenario desolador de desnutrición.
Ante estas dantescas cifras, Unicef y el Instituto de Estudios Fiscales (Icefi) advierten la poca importancia que Guatemala le da a los menores de edad, ya que es el país que menos invierte en la niñez y juventud en Centroamérica, por lo que recomiendan que debería de erogar cinco veces más en ese sector.
Guatemala está aún por debajo de El Salvador y Honduras, mientras que el país que más invierte es Costa Rica, ya que su presupuesto designa a esta población ocho veces más que lo determinado para los menores en el plan de ingresos y egresos del Estado guatemalteco.
SIN PRESUPUESTO
En tanto que no se aprobó el presupuesto para este año, se teme que la inversión para niños y jóvenes pueda reducir, debido a que se mantiene el mismo plan de ingresos y egresos de Q66,985.4 millones del 2013 para cubrir las necesidades de una población mayor en el 2014.
El escenario financiero cambiaría si el actual Gobierno cumple con el pago del pacto colectivo que firmó este año con el magisterio, de aumentarles un 10 por ciento del salario que reciben, lo mismo se espera que pase con el sector de trabajadores del área de salud, aunque esto no necesariamente garantiza una mejoría para los menores de edad.
BLINDAR RECURSOS
En un estudio realizado por Unicef en conjunto con Icefi se sugirió que el Gobierno para el próximo año deberá blindar recursos destinados a la niñez y juventud, o de lo contrario se verá vulnerado el bienestar de éstos.
Según Icefi y Unicef, el Estado no debe tocar por ningún motivo recursos de inversión directa en la niñez y la adolescencia para pagar el pacto colectivo que estableció con el magisterio y trabajadores del área de salud.
El estudio indica que se deben de blindar los Q5.85 diarios destinados en inversión para cada menor guatemalteco en 2014, porque de lo contrario la cifra de inversión sería de Q5.22, lo cual dejaría vulnerables y desprotegidos a muchos niños y jóvenes del país.
Es por esto que ambas instituciones recomiendan que para cumplir con dicho pacto colectivo se deben desviar recursos de algunas secretarías, como la de Comunicación Social de la Presidencia, mediante la reducción de publicidad gubernamental, la cual este año tuvo un aumento de Q91 millones más de lo asignado por el Congreso.
Otras entidades de las que se debe tomar recursos son: Congreso, Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda, Defensa Nacional, viáticos al exterior o Presidencia de la República.
Para pagar maestros no se debe de sacrificar programas como refacción escolar o dotación de útiles escolares, advierte el estudio.
NO GARANTIZA CALIDAD
Alejandra Contreras, economista de alto rango de Icefi, indicó que no se deben sacrificar otros programas de inversión directa en los niños y jóvenes para pagar el aumento a los maestros y trabajadores del área de salud.
La analista considera que el ajuste salarial al magisterio no garantizará mejor calidad educativa, ya que los resultados académicos en los últimos años han ido en decadencia.
De igual forma Gloria Castro, procuradora de la niñez y adolescencia de la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH), indicó que el aumento salarial al magisterio es importante para los maestros y un apoyo a la educación, pero tampoco garantiza que el Ministerio de Educación pueda llegar a todos los lugares del país y que miles de niños fuera del sistema de educación puedan acceder de manera formal este año.
Julián Duarte, impulsor de la campaña “Nos Toca” de Unicef, señaló que en Guatemala se ha trabajado en ampliar cobertura para primaria y secundaria, pero no en educación inicial mediante hogares comunitarios.
Según Duarte, Unicef había recomendado a Guatemala colocar en los hogares comunitarios más educadores y nutricionistas para reforzar la educación y alimentación inicial, pero éstos continúan con una cobertura reducida, pues sólo logran atender a 16 mil niños.
POCO AVANCE
Duarte indicó que en el 2004 Unicef empezó a evaluar el presupuesto público para ver cuánto un país le asignaba a la niñez y adolescencia de forma directa e indirecta.
Esto debido a que según el representante de Unicef hay países que tienen leyes, políticas y programas que dicen “maravillas” sobre que debe de hacerse para el desarrollo de la niñez y juventud, pero cuando se ve el presupuesto, éste no lo refleja y si no se tienen los suficientes recursos para eso no les preocupará a los políticos la institucionalidad pública para este sector de la población.
Duarte aseguró que en el caso de Guatemala, el presupuesto “en medio de su miniatura” sí atiende el tema de niñez y juventud, pero no el gasto totalmente para los menores, como sí lo hace Costa Rica.
El delegado de Unicef señaló que desde el 2004 al 2014 se mantiene entre 17 y 20 por ciento el presupuesto público dedicado a niñez y juventud.
La Procuradora de la niñez y adolescencia de la PDH, por otro lado, señaló que ha habido aumentos presupuestarios, pero que no son suficientes y es necesario que se pueda triplicar lo que se invierte en los niños y jóvenes del país. “Creemos que es básico y necesario”, puntualizó.
LAMENTABLE POLÍTICA DE ESTADO
De acuerdo con Castro, la precaria situación de la inversión en niñez y adolescencia no es exactamente culpa de este gobierno, sino que viene desde otras administraciones y se ha convertido más en una política de Estado, donde nunca se ha blindado a este sector como sujeto de derecho y con la prioridad que amerita, tanto para su presente como para el futuro.
La Procuradora indicó que la poca inversión limita que las instituciones que tienen programas en pro de la niñez y juventud se vean restringidas a ejercer su función, pues con los pocos recursos no pueden llevar a cabo su trabajo con eficiencia y profesionalismo.
Contreras coincide con Castro en que la poca inversión en niños y jóvenes se ha convertido en un política de Estado, que ningún Gobierno quiere rescatar y que por esa razón se nota que los diferentes gobernantes no ven a los menores como motor de desarrollo, y contrario a eso prefieren enfocarse más en políticas que generen crecimiento económico, pero no necesariamente bienestar social.
Según la representante de Icefi, el país nunca podrá mejorar en inversión en niñez y juventud si nunca aumentan la recaudación fiscal, ya que de América Latina, Guatemala sigue teniendo la carga tributaria más pobre, y agregó que es lamentable que el actual Gobierno que impulsó una reforma fiscal se haya hecho para atrás en muchos temas, como en los cambios que le hizo a la Ley de Actualización Fiscal el pasado mes de noviembre, debido a que devolvió beneficios fiscales a las empresas.
MALA EJECUCIÓN
La representante de la PDH indicó que no sólo se asignan pocos recursos para niñez y adolescencia, sino que también hay baja ejecución presupuestaria, lo cual es preocupante porque hay una asignación monetaria para cada institución, pero al final del año la ejecución es muy deficiente.
Castro considera que esto se debe a que en enero no todas las instituciones inician con su presupuesto, sino que lo van recibiendo hasta el tercer semestre, lo cual permite que durante tres meses no se ejecute el gasto y esto se refleja en la deficiencia de ejecución de fin de año.
Contreras indicó que se debe a que no hay mucha capacidad de las instituciones públicas para ejecutar el gasto con eficiencia y calidad, lo cual es consecuencia de los retrasos en los desembolsos de los recursos presupuestados, entonces puede que se planifique la inversión de recursos, pero que al final del año éstos no lleguen al sector de niños y jóvenes como debe ser, por lo que también se está vulnerando la situación de éstos.
SE DEBE REFORZAR
La analista de Icefi manifestó que se debe de reforzar muchas instituciones del Estado, como lo son el Ministerio de Educación y Salud, pero que también no se debe de dejar a un lado la Cartera de Cultura y Deportes como prevención del delito, así como el resguardo a los niños y jóvenes migrantes, que los hay y son muchos y no se tiene un programa de protección para ellos.
Castro señaló que hay que trabajar más en reforzar el tema de la prevención del delito, y que la inversión no sólo debe hacerse de forma directa, sino que también se tienen que aplicar en las políticas, para crear programas y proyectos que cubran este aspecto.
La representante de la PDH destaca otro problema, el cual es que en cada cambio de gobierno se suspenden programas enfocados en este sector y que ya iban avanzando y rompen el proceso en que iba encaminado, esto debido a que el nuevo gobierno no lo ve importante y va quitando acciones.
Castro agregó que esto es debido a que los gobernantes ven estos programas o proyectos como una política para su gestión y no de Estado, lo cual es la principal causa del porqué no se puede medir el impacto que tiene en los jóvenes y niños el aplicar proyectos para el desarrollo de éstos.
Contreras manifestó que es preciso renovar el pacto social que el Estado tiene con esta población y que se debe cancelar la deuda que se tiene con los jóvenes y niños del país.
Niñez y adolescencia
En 2014, Guatemala tendrá aproximadamente 15.8 millones de habitantes; 7.4 millones (47.1%) serán niños, niñas y adolescentes, mientras que 2.7 millones (17.1%) serán menores de 5 años.
Según ENEI 2013, 9.2% de los niños y niñas entre 7 y 14 años trabajan; de ellos, 6 de cada 10 son indígenas y se encuentran en su mayoría en el área rural.
Para 2012, según el Osar, 25% de los embarazos corresponden a madres adolescentes entre 10 y 19 años.
De los 400 mil niños y niñas que nacen anualmente, la mitad de ellos está condenada a padecer hambre y sufrir desnutrición crónica.
Cada 40 minutos muere un niño menor de 5 años, por causas que pudieron ser prevenibles mediante el acceso a un sistema de salud pública efectivo.
En 2012, el 23.75% de los graduandos en el sector oficial alcanzó el logro educativo en lenguaje y solo el 5.99% en matemática.