De acuerdo a Berania López, vocera del Hospital Nacional Roosevelt, en lo que va del año se han tratado a 236 niños por quemaduras. En la mayoría de los casos, los menores acuden a este centro asistencial debido a lesiones provocadas por el derramamiento de líquidos calientes.
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Según López, estos accidentes ocurren con más frecuencia por la falta de vigilancia de los padres hacia los menores, con lo que las autoridades del hospital consideran que estos accidentes son prevenibles.
En comparación con el 2012, este año ha tenido un leve aumento de un 7 por ciento, con 16 casos extra, pues el año anterior, para diciembre se contabilizaba haber dado atención a 220 niños. Actualmente, la unidad de quemaduras del Roosevelt cuenta con espacio para 10 pacientes.
FACTORES DE RIESGO
Un factor de alto riesgo en estos casos es que muchos de los niños juegan dentro de las cocinas, pues sus madres dedican bastante tiempo a la cocina tradicional, lo que los hace más vulnerables a sufrir un accidente de este tipo.
Por otro lado, el uso inadecuado de los cohetillos, especialmente en épocas de fiestas, puede ocasionar quemaduras graves, sobre todo si se toma en cuenta que la dermis -piel- de los niños es mucho más sensible y vulnerable a las quemaduras que la piel de un adulto.
“Mi nene se quemó la cara porque él estaba quemando volcancitos y cuando va saliendo el fuego del volcancito se le vino todo a la cara”, relató Doris Marisol Méndez, madre de uno de los menores que ocupan la unidad de quemaduras pediátricas del Hospital Roosevelt.
Por otro lado, López recomendó que el uso de los juegos pirotécnicos se evite cuando se utilice ropa altamente inflamable como el nylon y otros tejidos sintéticos.
REPERCUSIONES
La comunicadora de este hospital también hizo un llamado a vigilar de cerca a los menores, ya que la cicatriz de una quemadura puede repercutir no solo en una amputación, sino que puede provocar discapacidad tanto física como psicomotriz, además de ocasionar cuadros de depresión en los pacientes.
Por otro lado, estas quemaduras de cierta manera también puede originar burlas hacia el afectado, mermando su estado de ánimo.
A LA ESPERA
En una habitación cercana se encontraba Jorge Pérez, de ocho años, quien sufrió quemaduras en el lado izquierdo de la cadera al padecer una convulsión, lo que provocó que su cuerpo cayera en el fuego a la vez que una jarilla de atol hirviendo cayó sobre él. Con casi 30 días desde su hospitalización, la familia de Jorge espera que el pequeño pueda salir pronto del hospital.
LAS CAUSAS
55% – líquidos en altas temperaturas
20% – flama
10% – electrocutados
8% – pólvora
3% – contacto con fuego
2% – fricción
1% – contacto con químicos
1% – otras causas.
*Cifras del Hospital Roosevelt