Una fuerte explosión -presumiblemente ocasionada por un auto bomba- sacudió hoy los cuarteles de la policía de una ciudad al norte de El Cairo, causando la muerte de al menos 14 personas y heridas a decenas más, informaron la agencia oficial de noticias de Egipto y un funcionario de seguridad.
El gobierno interino acusó a la Hermandad Musulmana de orquestar el ataque. La Hermandad Musulmana mostró «su lado feo como organización terrorista que derrama sangre y trastorna la seguridad de Egipto», dijo el portavoz del gabinete Sherif Shawki, de acuerdo con un reporte de la Agencia de Noticias del Medio Oriente, conocida como MENA.
El ataque se registró un día después de que un grupo inspirado en al-Qaida exhortó a policías y soldados a desertar o serían castigados con la muerte.
MENA dijo que la explosión ocurrió a la 1:10 de la mañana en los cuarteles de Dacalia, en la provincia de Mansur, y que causó un derrumbe parcial en el edificio de cinco niveles. Un funcionario de seguridad dijo que 14 personas murieron y que casi un centenar heridas, entre ellas el jefe de Seguridad de la ciudad. La mayoría de los fallecidos eran policías, cuyos cuerpos quedaron atrapados por los escombros.
Las fuerzas de seguridad acordonaron el área, cerraron las principales entradas y salidas de la ciudad e instalaron retenes para buscar a los perpetradores, dijo el funcionario. La cifra de muertos podría aumentar, agregó.
El funcionario, quien habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a hablar con la prensa, dijo que la investigación preliminar apunta a que la explosión provino de un coche bomba.
El primer ministro egipcio Hazem el-Beblawi describió el ataque como un «incidente terrorista», y expresó sus condolencias a las familias de las víctimas. También prometió que los perpetradores «no escaparán de la justicia».
MENA informó que la explosión dañó edificios de las cercanías, entre ellos un banco y un teatro, así como decenas de vehículos.
El mismo edificio fue blanco de un ataque con explosivos hace unas semanas, pero ese estallido frente al recinto no causó víctimas graves.
El grupo Ansar Beit al-Maqdis («los Campeones de Jerusalén») dijo el lunes que las tropas egipcias son infieles porque responden al gobierno de extracción laica, respaldado por las fuerzas armadas.
Este y otros grupos asentados en el Sinaí son culpados por una serie de ataques contra las fuerzas de seguridad desde el golpe de estado de julio, en que fue derrocado el presidente islamista Mohamed Morsi. En respuesta, las fuerzas armadas egipcias lanzaron en agosto una ofensiva militar contra los extremistas en la provincia de Sinaí del Norte.
En un foro público, el portavoz militar Ahmed Mohamed Alí dijo ayer que hasta ahora la ofensiva ha resultado en la muerte de 184 rebeldes y el arresto de otros 803. Añadió que aproximadamente el 25% de los abatidos y arrestados eran combatientes extranjeros, pero no dio más detalles.
Se presume que Ansar Beit al-Maqdis tiene nexos con combatientes palestinos en la Franja de Gaza, y varias fuentes oficiales han informado que hay combatientes extranjeros que han encontrado refugio en el Sinaí.
Alí dijo además que en la ofensiva los soldados han destruido 786 túneles entre el Sinaí y Gaza, que según el gobierno son usados para trasladar armas y guerrilleros clandestinamente. El cruce fronterizo con Gaza ha permanecido casi totalmente cerrado por Egipto e Israel desde que Hamas se apoderó de la pequeña franja costera en 2007. Para los habitantes de Gaza, los túneles son una vía importante para la entrada de muchos productos.
Ansar Beit al-Maqdis dijo que estarán «más determinados a luchar» contra los policías y militares si sus advertencias son ignoradas. Exhortó a los soldados a «arrepentirse» y dejar de prestar servicio a «ese bastión de infieles que están en guerra con Dios y su profeta».
Su comunicado está fechado el domingo pero fue dado a conocer el lunes por sitios de internet donde suelen emitir mensajes grupos extremistas.
El grupo cobró notoriedad al extender sus operaciones más allá del norte de la península del Sinaí. El grupo se adjudicó la responsabilidad del atentado suicida en septiembre contra el ministro del Interior de Egipto, quien salió ileso.