El primer ministro Enrico Letta prometió el lunes mejorar las condiciones en los hacinados centros de refugiados de Italia tras la difusión de un video en que los inmigrantes aparecen desnudos mientras se les baña con una manguera a fin de desinfectarlos.
En su conferencia de prensa de fin de año, Letta dijo que el gobierno enfrentará el tema, junto con otros aspectos de las leyes de ciudadanía e inmigración, cuando fije en enero sus prioridades para el 2014.
El gobierno ya había prometido mejorar las condiciones para los refugiados y había recibido un compromiso de la Unión Europea de otorgarle 30 millones de euros (40 millones de dólares) para realizarlo, luego que 360 migrantes se ahogaron en octubre cuando trataban de llegar a la isla de Lampedusa.
Esa tragedia atrajo la atención mundial al sufrimiento de los extranjeros que tratan de llegar a Europa y a las decepcionantes condiciones que encuentran cuando llegan.
Sin embargo, el gobierno nuevamente quedó a la defensiva la semana pasada cuando surgió un video tomado por un migrante en Lampedusa, en el que una docena de hombres son obligados a desvestirse y se les baña con una manguera en clima frío a fin de asegurarse de que no tengan sarna.
Activistas por los derechos humanos denunciaron esa práctica, calificándola como violatoria de los derechos de los migrantes e inaceptable en un país civilizado. A partir de esta semana, la Cruz Roja vigilará el centro de Lampedusa, cuya capacidad máxima es de 250 detenidos, pero alberga cuatro o cinco veces esa cifra, según el presidente de la Cruz Roja italiana, Francesco Rocca.
Lampedusa, un diminuto peñón más cercano a África que a Italia, es el destino preferido para los traficantes de migrantes y se ha convertido en el centro del debate sobre cómo Italia — y de hecho, toda Europa — está lidiando con el éxodo de refugiados que huyen de los conflictos y la pobreza en África y el Oriente Medio.
Letta destacó que en el 2013 se triplicó el número de migrantes que llegaron a Italia en comparación con el 2012, y que sus centros de detención están albergando a unas 16.000 personas. Ello está llevando al gobierno a «trabajar inmediatamente en una revisión exhaustiva de los estándares de esos centros y de la manera en que recibimos a los migrantes», afirmó.