Manifestantes opuestos al gobierno y decididos a derrocar a la primera ministra de Tailandia rodearon un estadio deportivo de Bangkok en un intento infructuoso por impedir que los partidos políticos se registren para las elecciones de febrero.
La primera ministra Yingluck Shinawatra, popular entre la mayoría rural pero despreciada por la clase media urbana y la élite educada, convocó a los comicios del 2 de febrero con el fin de apaciguar la tensión luego de varias semanas de manifestaciones en la capital tailandesa, algunas de ellas violentas.
El intento de bloqueo se produce después de que el Partido Demócrata, el principal de la oposición, anunciara el fin de semana que boicoteará las elecciones, en las cuales el partido gobernante de Yingluck se perfila para ganar.
Funcionarios de su partido y otros ocho lograron registrarse a los comicios introduciéndose furtivamente al estadio a la mitad de la noche, a pesar de la presencia de algunos manifestantes que pernoctaron allí, informó la Comisión Electoral.
«Estábamos al tanto de que los manifestantes bloquearían todas las entradas, así que fuimos al estadio a las 4:00 a.m. mientras dormían», dijo Prompong Nopparit, portavoz del Partido Pheu Thai, actualmente en el poder. «A pesar de todo esto, las elecciones se realizarán el 2 de febrero como está planeado».
Más de dos decenas de otros partidos pudieron registrarse en un cuartel policial cercano, donde interpusieron quejas en las que afirmaron que no pudieron ingresar al estadio debido al cerco, señaló la comisión.
Cientos de manifestantes también intentaron bloquear el cuartel policial, y luego trataron de impedir que los representantes de varios partidos políticos se marcharan.
Los inconformes, la mayoría de ellos residentes urbanos, dicen que el retiro de la primera ministra es necesario para purgar al país de la corrupción y del dinero en la política. Consideran a Yingluck como un títere de su hermano, el ex primer ministro Thaksin Shinawatra, que fue derrocado en un golpe de estado en 2006 y vive en el exilio tras ser declarado culpable de corrupción.
Los manifestantes desean un gobierno interino que supervise reformas políticas y electorales antes de que se lleven a cabo nuevos comicios.
Pero los Shinawatra gozan del respaldo de los pobres del sector rural de Tailandia, en gran medida gracias a las políticas de Thaksin de llevar servicios de salud prácticamente gratuitos, préstamos a bajas tasas de interés y otros beneficios al campo, abandonado durante largo tiempo. Yingluck ha pasado los últimos días en el norte y noreste del país, bastiones políticos de su partido, rodeada por multitudes de simpatizantes entusiastas.
Su gobierno afirma que el boicot de la oposición muestra que ésta tiene miedo de perder. Thaksin y sus aliados han ganado todas las elecciones nacionales desde 2001.