En una emotiva conferencia de prensa apenas dos días después de salir de una cárcel en Rusia, el exmagnate petrolero Mijaíl Jodorkovski afirmó ayer que hará todo lo posible para asegurar la libertad de otros prisioneros políticos en su país.
El gobierno del presidente Vladimir Putin lo encarceló 10 años por cargos que Occidente considera políticamente motivados. Putin lo indultó el viernes y el exmagnate voló inmediatamente a Berlín para reunirse con su familia.
Jodorkovski, de 50 años, expresó que no debía considerársele un símbolo de que no existen más prisioneros políticos en Rusia, y añadió que hará «todo lo que pueda» para conseguir la libertad de otros.
«El tiempo que me queda quiero dedicarlo a pagar mis deudas con la gente… y con ello quiero decir la gente que sigue en prisión», afirmó.
Sin embargo, recalcó que no se involucrará en «la lucha por el poder» en Rusia.
Jodorkovsi afirmó que se enteró por primera vez de que podía ser excarcelado el 12 de noviembre, cuando sus abogados le dijeron que Hans-Dietrich Genscher, exministro de Relaciones Exteriores de Alemania —quien desde hace tiempo trabajaba tras bambalinas en su caso—, «dijo que el presidente Putin no iba a hacer del reconocimiento de culpabilidad una condición para mi libertad».
A las 2 a.m. del viernes, señaló, el comandante de la colonia penal en el noroeste de Rusia donde estaba confinado «me despertó y me dijo que me iba a casa».
Solamente más tarde se enteró «que el viaje iba a terminar en Berlín», agregó.
Le agradeció a la prensa y a funcionarios alemanes como Genscher y la canciller federal Angela Merkel por las constantes presiones y la atención que ayudaron a lograr su libertad.
Con relación a los Juegos Olímpicos de Invierno del 2014 en Sochi, Rusia, consideró que serán «una celebración del deporte» que no debe ser «dañada» por un boicot. Indicó además que el evento «no debería ser una gran fiesta para el presidente Putin».
Por otro lado, indicó que no regresará al mundo de los negocios, pues su situación financiera «no requiere que trabaje para ganar más dinero».
Jodorkovsky era el hombre más acaudalado de Rusia y director ejecutivo de la mayor compañía petrolera del país cuando fue arrestado en el 2003 en la pista de un aeropuerto siberiano, para posteriormente ser acusado de evasión fiscal y lavado de dinero.
Los críticos han considerado los cargos como una vendetta del Kremlin por sus actividades políticas. Durante el primer término de Putin como presidente, el magnate petrolero hizo enojar al gobierno al financiar a partidos políticos opositores, y también se pensaba que tenía ambiciones políticas personales.