Consejo de Seguridad


Editorial_LH

Guatemala participó ya en la última sesión ordinaria del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas de este año y que fue también la última participación de nuestro país como miembro temporal de ese importante órgano de la ONU, experiencia que resultó importante para nuestro país porque permitió participar en un nivel que antes había estado vedado por variadas razones, pero destacando entre ellas nuestro historial en materia de derechos humanos y la razonable duda de la comunidad internacional sobre el nivel de independencia que pudiera tener nuestra diplomacia para decidir sobre temas difíciles de la convivencia entre las naciones.


El balance del trabajo a lo interno del Consejo de Seguridad puede considerarse satisfactorio, especialmente porque estuvimos bien representados por expertos y profesionales que conocen a fondo la política mundial y que entienden el papel del Consejo de Seguridad como instrumento de paz y solución de conflictos. Destacada tiene que ser la presencia del Embajador Gert Rosenthal, quien ha sido uno de los más destacados diplomáticos guatemaltecos de los últimos tiempos con una larga trayectoria en organismos internacionales y que tuvo a su cargo brevemente la conducción de nuestra política exterior.
 
 A lo largo de dos años realmente no se puede sino destacar un error cometido por Guatemala y que no fue producto de decisiones de la Misión en Naciones Unidas y del representante en el Consejo de Seguridad, sino de las autoridades nacionales y específicamente del mismo Presidente de la República al emitir opinión favorable a una acción unilateral de fuerza de Estados Unidos contra Siria con motivo de la acusación que se hizo al gobierno de ese país de usar armas químicas contra sus opositores, lo que llevó al presidente Barack Obama a lanzar la seria amenaza de pasar sobre la autoridad del Consejo de Seguridad y de la comunidad internacional para proceder por su cuenta al uso del poderío bélico de su país.
 
 Guatemala tenía que conocer el caso en el Consejo de Seguridad, pero mientras nuestra delegación actuaba profesionalmente, el Presidente anunció el respaldo irrestricto de nuestro país a la amenaza bélica de Obama. Más temprano que tarde Estados Unidos tuvo que retroceder ante la intervención del gobierno ruso y la consecuencia fue una terrible salida en falso de nuestro país y pérdida de su autonomía y prestigio en el Consejo de Seguridad para analizar el tema de las sanciones a Siria.
 
 En la vida hay que aprender las lecciones y nuestros gobernantes y diplomáticos tienen que aprender a pensar antes de hablar, cuando sus palabras pueden comprometer la postura del país y restar mérito a su rol en la comunidad internacional.
 

MINUTERO:
Una policía privada
no puede ser represiva
pues ese error les motiva
para echarse alguna cantada