El largo tira y afloja en que se convirtió la licitación abierta por Brasil para adquirir 36 nuevos cazabombarderos para su Fuerza Aérea se terminará en las próximas horas, anunció la presidenta Dilma Rousseff durante un almuerzo este miércoles con oficiales de las tres Fuerzas Armadas en Brasilia.
«Me gustaría brindar aquí la información inaugural e informar que recomendé al ministro de Defensa, Celso Amorim, que anuncie hoy la decisión», expresó la mandataria, sin suministrar más detalles sobre la decisión.
La licitación para la compra de cazabombarderos fue lanzada durante el pasado gobierno de Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), pero fue suspendida por su sucesor, Luiz Inácio Lula da Silva, luego de asumir el gobierno, en enero de 2003.
Lula reactivó el proceso durante su segundo mandato como presidente (2007-2010), y limitó el número de participantes en la disputa a tres modelos: Rafale, de la francesa Dassault, F18 Super Hornet, de la estadounidense Boeing, y Gripen NG, de la sueca Saab.
Hace cuatro años, tras recibir en Río de Janeiro al entonces presidente francés Nicolás Sarkozy, Lula llegó a anticipar la opción por los modelos Rafale, pero luego el gobierno volvió atrás y mantuvo el ambiente de indefinición en torno al negocio, cuyo valor es estimado por el mercado en 6.500 millones de dólares.
Las nuevas aeronaves se destinan a reemplazar los Mirage en uso actualmente por la Fuerza Aérea Brasileña (FAB).