Montenegro: En el Congreso los negocios corruptos se hacen “bajo la mesa”


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La diputada Nineth Montenegro, representante legislativa del grupo Encuentro por Guatemala, habla sobre los cambios que ha sufrido el Congreso y de cómo las formas de corrupción se han sofisticado más en ese organismo del Estado, que actualmente es ampliamente señalado por mantener a una clase política mercantilista y tránsfuga.

POR CINDY ESPINA
cespina@lahora.com.gt

¿Qué análisis hace de este año legislativo?
En el actual Congreso se vive la falta de identidad de los diputados con un partido o una ideología, lo cual mantiene la atención de la población con base en absurdos e ilógicos, aunque finalmente esta dinámica hace clic en un segmento de la población.

En este año legislativo hemos visto la muerte de las ideologías, que de alguna manera han uniformado a los partidos políticos, lo cual también ha significado entrar a un estado crítico de cinismo y personalismo, donde priman los intereses personales.

¿A qué se debe la pérdida de identidades e ideologías en el Congreso?
Considero que es resultado de toda una generación perdida durante el conflicto armado interno, ya que muchas personas de esa generación se tuvieron que ir al exilio, las asesinaron o desaparecieron. El resultado es que las personas que ahora están detrás de los partidos políticos solo quieren estar allí por su cargo y están dispuestas a hacer todo sólo para llevar a alguien a la Presidencia, a su líder o a su dirigente, no importando que este tenga o no méritos o capacidades, sino que simplemente tenga una forma de penetrar a través del escándalo.

¿Es esta la peor legislatura de su carrera?
No creo que esta sea la peor legislatura, ni la mejor, sino que es parte de un problema sistemático que se ha ido repitiendo. Lo más lamentable es que aunque se denuncie la mala calidad de los diputados, los guatemaltecos seguirán votando por ellos, porque algunos ya tienen su feudo en el lugar al que pertenecen.
Entonces, el problema es que no hay reacción ante esto y que en el área rural (a los votantes) no les importa que se haga una fiscalización a los diputados, pues de todos modos ellos seguirán votando por sus “caudillos”, y punto.

Otro problema es que existe un agotamiento total del sistema político, que obviamente ya ha colapsado, por lo que se deben crear nuevas formas de ejercer la política en las que se incluya a la ciudadanía y que se busque realmente gente honesta con trabajo y compromiso con Guatemala.

¿Es el Congreso una plataforma para hacer negocios, para obtener beneficios individuales?
Durante el gobierno del expresidente Óscar Berger se confirmó que el clientelismo y los negocios que se hacían con el Listado Geográfico de Obras, a través del Programa de Apoyo Comunitario Urbano y Rural (PACUR).

La forma de negociar con ese programa del Estado era tener una obra en el municipio al que se representa y al mismo tiempo ser el proveedor del Estado o tener contacto con el proveedor o el contratista, y así ganar una comisión. Con eso se logró de alguna manera, si no descubrir, detectar muchos indicios de las negociaciones de los diputados.

Después de eso se cerró (la forma en que se negocia) el Listado Geográfico, otra vez la Comisión de Finanzas se cerró y se centralizó en el poder del Ejecutivo y no sabemos si eso sigue dándose, pero yo pienso que sí.

Más allá no se puede ver la corrupción del Congreso, ya que el Congreso no maneja un gran presupuesto para inversión, pero los actos anómalos podrían darse a través de empresas privadas y dinero privado. Lamentablemente no se puede detectar.

¿Por qué es difícil de detectar la corrupción en el Congreso?
Porque se hacen muy a escondidas. Porque en el Congreso no le puedo seguir la pista a cada uno de los diputados, porque los negocios corruptos se hacen bajo la mesa y el movimiento de dinero se mueve en las cuentas bancarias de diputados y a eso no se tiene acceso.

¿Existe la compra y venta de diputados?
Lamentablemente no hay pruebas y yo realmente no tengo elementos de juicio para decir que se compran y venden diputados. Yo presenté una denuncia ante el Ministerio Público para que se investigara el señalamiento que hicieron de que se había pagado a diputados para votar a favor de la aprobación del préstamo de US$237.2 millones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Esto fue porque si quisiera que se hiciera una investigación a fondo, para que de una vez por todas se supiera quienes son los que se prestan a este juego mercantilista, donde priman los intereses personales de la máxima ganancia y no se piensa favorecer al país con esas acciones, pero pruebas no se han mostrado.

Entonces no sé si es también una forma de desprestigiar al extremo a la institución “más representativa” y también desviar la atención al Congreso de todos los escándalos que hubo este año en el Ejecutivo.

¿Por qué se da el transfuguismo?
Creo que lo que hace que un diputado se mueva constantemente de bancada es el interés de volverse a reelegir.

Otro punto puede ser porque llega por el partido que está gobernando en esos momentos y lamentablemente éste se deteriora aceleradamente en los dos años y ya en el tercer año legislativo ya ellos van viendo que no tendrán las mismas posibilidades de reelegirse como en años anteriores, cuando el partido estaba en auge. Entonces buscan al partido que más se acomode a sus intereses personales para poderse reelegir. Ahí hay un interés puramente personal.

El Congreso el otro año tendrá que elegir a los Magistrados de las Salas de Apelación del Organismo Judicial y Magistrados de la Corte Suprema de Justicia. También tendrá bajo su responsabilidad la elección de los Magistrados del Tribunal Supremo Electoral y Contralor General de Cuentas de la Nación. ¿Es el actual Congreso confiable para elegir a personas honorables para ocupar estos cargos públicos?
Confiable o no, y yo lo lamento, el Congreso hará la elección de estos cargos públicos. Aquí lo importante es que la población salga de la apatía, para propiciar la participación a fondo de la sociedad civil y pedir que todos los procesos sean públicos y que no haya secretismos. Porque en estas elecciones obviamente prima el interés político y personal, o el interés de “grupos oscuros.
Es como se obliga al Congreso a hacer todas sus actuaciones públicas y yo creo que debemos lograrlo.

¿Estás elecciones marcarán una reconfiguración del poder a favor de los miembros de los partidos políticos?
Totalmente. Yo creo que ahorita a los que les quedan dos años para gobernar se van a cuidar las espaldas; ha habido tantas denuncias por los aeropuertos, en las aduanas, por lo de Puerto Quetzal, en los ministerios, que los actuales gobernantes se van a curar en salud y van a buscar quién será el nuevo Fiscal y quiénes van a ser los magistrados que van a llevar sus juicios.

Estamos viviendo tiempos difíciles donde se ve la politización de los cargos y es tremendo el interés de grupos oscuros y que ya se ha reflejado. Que no lo queramos ver, es otra cosa.

Es por esto que yo creo que la alianza que muchos partidos tuvieron a finales de este año con el Partido Patriota es parte de un paquete común para su protección, para evitar juicios por escándalos de corrupción o para garantizar que el Tribunal Supremo Electoral será complaciente en las próximas elecciones.

Fue un paquete a cambio de inmunidad, para el partido que se va, para el que entra y para el otro que va a tener mayoría. Son para los tres partidos más grandes. Grandes por dinero y grandes porque han tenido ese voto mercantilista, que utiliza el área rural que una y otra vez les dará el apoyo.

¿Es esto una manera sofisticada de hacer corrupción?
Sí, porque tener control sobre las personas que ocupan estos cargos les garantiza que en caso de denuncias y corrupción ellos van a parar cualquier proceso.

Este año el Congreso aprobó las Leyes de transparencias que reformaron la Ley de Presupuesto, Contraloría General de Cuentas de la Nación y Superintendencia de Administración Tributaria. Esto para garantizar más mecanismos de control en el uso de los recursos del Estado.  ¿Estas Leyes de transparencia se van a poder cumplir?
Yo ya no confío que una legislación vaya a cambiar el rumbo de cómo se manejan los recursos del Estado. Aquí lo que se necesita es una fuerte revolución pacífica donde una población verdaderamente se levante y haga su protesta firme en contra de la corrupción. Porque aquí puede haber miles de leyes y ya ve cómo se burla esto y se violenta.

Sinceramente yo no confío que hoy por hoy la legislación vaya a cambiar las cosas del país. Lo único que puede hacer cambios al sistema político, rearmarlo y fortalecer a la ciudadanía, porque actualmente no lo está. Porque se piensa que ser ciudadano es ir a votar cada cuatro años.

¿Podrá la Contraloría cumplir con sus mejoras y atacar la corrupción del Estado?
Creo que la Contraloría ha tratado de hacer las cosas, pero las instituciones del Estado ya no respetan a esta institución.

La verdad es que la institucionalidad de la Contraloría General de Cuentas de Nación está débil, porque el principal problema radica en que los funcionarios ya no respetan a esta entidad.

Yo estoy convencida que Guatemala no va a cambiar si la población no se involucra  más para controlar las acciones de un gobierno.

“Confiable o no, y yo lo lamento, el Congreso hará la elección de estos cargos públicos. Aquí lo importante es que la población salga de la apatía, para propiciar la participación a fondo de la sociedad civil y pedir que todos los procesos sean públicos y que no haya secretismos. Porque en estas elecciones obviamente prima el interés político y personal, o el interés de grupos oscuros”.

“Sinceramente yo no confío que hoy por hoy la legislación vaya a cambiar las cosas del país. Lo único que puede hacer cambios al sistema político, rearmarlo y fortalecer a la ciudadanía, porque actualmente no lo está. Porque se piensa que ser ciudadano es ir a votar cada cuatro años”.

“Es por esto que yo creo que la alianza que muchos partidos tuvieron a finales de este año con el Partido Patriota es parte de una paquete común para su protección, para evitar juicios por escándalos de corrupción o para garantizar que el Tribunal Supremo Electoral será complaciente en las próximas elecciones”.

“Yo estoy convencida que Guatemala no va a cambiar si la población no se involucra más para controlar las acciones de un gobierno”.