La mezcla letal


Editorial_LH

Con el aguinaldo entre la bolsa y los convivios a la orden del día, entramos de lleno a la época navideña que constituye una de las más esperadas por todas las familias en Guatemala. Sin embargo, también constituye una de las temporadas más peligrosas, no sólo por el incremento de la actividad criminal de ladrones que aprovechan el mayor flujo de dinero, sino porque es cuando más se produce la mezcla letal, la mezcla trágica, que es el combinar el licor con la conducción de vehículos.


Infinidad de familias a lo largo de los años han sufrido las consecuencias de esa imprudencia temeraria que no sólo expone a los que incurren en la torpeza de no entender los peligros, sino también a personas inocentes que son víctimas de los conductores borrachos que abundan en estos días.
 
 Mientras tanto, tenemos una Policía de Tránsito que únicamente sirve para generar embotellamientos en todos lados, al punto de que ya es norma en la ciudad que allí donde hay un atasco, puede estar todo mundo seguro que adelante hay un agente pretendiendo dar vía y que se limita a rempujar autos por donde no caben, taponeando los cruceros en forma verdaderamente estúpida. No hay controles de alcoholemia y en realidad dependemos únicamente de la toma de conciencia de los pilotos para superar ese constante problema que causa tantas muertes, porque en horas de la noche la autoridad brilla por su ausencia.
 
 Sin embargo, es sabido que con exceso de licor se pierde el sentido común y el sentido de la responsabilidad, por lo que no se puede esperar que todos los que se pasan de tragos en alguno de los múltiples eventos que hay en estos días mantenga suficiente claridad como para entender que se expone él y, lo peor, expone a otros a una muerte tonta.
 
 Eso obliga a los que no se emborrachan a ser una especie de ángeles guardianes de los que se sobrepasan de tragos, porque al final de esa gente, de los sobrios, depende únicamente que podamos tener arterias viales más seguras en estas fechas.
 
 Ojalá, por la paz en la familia, por la tranquilidad y para evitar que haya hogares que tengan que lamentar desgracias trágicas en estos días, hay que redoblar nuestro compromiso de no permitir que alguien en estado de ebriedad empuñe el volante de algún vehículo para evitar muertes y accidentes en realidad lamentables. Suficientes riesgos vivimos todos los días en este país por la falta de seguridad ciudadana, como para incrementar las muertes con esos percances de tráfico que no son accidentales, porque no es accidente que un borracho manejando se mate o mate a alguien.

Minutero
Si bebe no maneje
y si no bebe no deje
que un borracho imprudente
ponga en riesgo a tanta gente