El partido en el poder en Turquía, surgido del movimiento islamista, obtuvo una abrumadora victoria en las elecciones legislativas de ayer ante la oposición pro laica, según resultados no oficiales anunciados hoy por los canales de televisión CNN-Tí¼rk y NTV.
El Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) del primer ministro Recep Tayyip Erdogan, de 53 años, obtuvo 46,3% de los votos después de escrutadas 99,9% de las balotas, y logró la mayoría absoluta en el Parlamento, según las mismas fuentes.
Es seguido por el principal partido de oposición pro laica, el Partido Republicano del Pueblo (CHP, socialdemócrata), que obtuvo 20,9% de los votos (112 diputados).
El Partido de la Acción Nacionalista (MHP, nacionalista), que tiene posiciones duras contra la Unión Europea, llegó en tercer lugar, con 14,2% de los votos (71 diputados), lo que le permite volver al Parlamento.
Las proyecciones realizadas por los canales de televisión muestran que el AKP tendrá 339 bancas en el Parlamento, que cuenta en total con 550.
Este resultado permitirá al AKP formar solo el nuevo gobierno.
En las legislativas de 2002, el AKP obtuvo 34% de los votos, lo que le dio 351 diputados, pero esa cifra podría ser menos importante con la llegada del MHP, así como de 28 «independientes», de los cuales 24 son diputados pro kurdos, según los canales de televisión.
Los resultados oficiales serán publicados dentro de varios días.
En una primera reacción, Erdogan se comprometió a respetar los «principios fundadores» de la República, el primero de los cuales es la laicidad, ante varios miles de partidarios congregados en Ankara ante la sede del partido.
Unos 42 millones de electores turcos podían optar entre reelegir al partido en el poder, apoyado por las clases populares y los medios empresariales, para un segundo mandato, o respaldar a organizaciones favorables a una estricta laicidad del Estado.
Estos comicios anticipados fueron convocados para tratar de poner fin a la crisis política que estalló en la primavera (boreal) entre Erdogan y los pro laicos, entre los cuales se encuentra el ejército, quienes sospechan que el gobierno quiere tratar de islamizar al país subrepticiamente.
Erdogan, quien siempre desmintió tener objetivos «islamistas», votó en la ciudad de Estambul, donde fue alcalde.
El presidente Ahmed Necdet Sezer, cuyo mandato expiró en mayo, y el jefe del estado mayor del ejército, el general Yasar Bí¼yí¼kanit, dos figuras destacadas del movimiento laico, fueron aplaudidos cuando votaron en Ankara.
La tasa de participación, tradicionalmente elevada en Turquía, no se conoce por el momento, pero podría superar 80%, según el Consejo Electoral.
«Yo vine a votar por la democracia. No manifestamos inútilmente», declaró Ali Cetin al votar en Ankara, aludiendo a las masivas manifestaciones de los pro laicos en abril y mayo contra el gobierno.
En otro barrio de la capital, los electores prefirieron «la estabilidad económica», encarnada según ellos por el AKP.
«Estos comicios mostrarán que el AKP tuvo éxito en su apuesta de convertirse en un partido clásico de centro-derecha a pesar de cinco años de desgaste en el poder», sostuvo un diplomático europeo.
Erdogan se vio obligado a adelantar las elecciones legislativas previstas en noviembre, después de fracasar en su intento de imponer al Parlamento su candidato a la presidencia, el ministro de Relaciones Exteriores Abdullah Gí¼l, un antiguo jerarca del movimiento islamista.
El ejército, que derrocó a cuatro gobiernos desde 1960, había lanzado una advertencia contra todo ataque al laicismo, la esencia misma de la nación fundada en 1923 por Mustafa Kemal Atatí¼rk y habitada oficialmente por 99% de musulmanes.
Sin embargo, no es seguro que estos comicios resuelvan la crisis que podría surgir nuevamente durante la elección del presidente por el nuevo Parlamento, si el AKP se niega a presentar un candidato de compromiso.