Muertos, heridos y robos en el transporte público (II)


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El tercer aspecto que debe establecer la ley marco es la característica de motor, caja, ejes, sistemas eléctricos, de suspensión y de frenos, distinto a EE. UU. o Brasil. La topografía de Guatemala tiene en las diferentes rutas muchas subidas y bajadas.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com


También debe considerar los equipos que registren, igual que las cajas negras de un avión, el comportamiento del piloto, las velocidades en que transita y la localización del vehículo en sus movimientos, tales como revoluciones del motor, uso de la caja de velocidades, del sistema de frenos y electricidad, para así poder controlar desde bases independientes que no se utilice de manera incorrecta y peligrosa los vehículos.

El cuarto y último aspecto debe de referirse a las normas de cuántos deben ser los pasajeros que utilice un vehículo y como estos usuarios deberán ser protegidos por cámaras que registren lo que sucede dentro de un bus de forma permanente, logrando así que no se transporte personas de pie en las rutas extraurbanas y los servicios de transporte escolar. Las cámaras también serán un medio de prueba si se produce un accidente, un asalto dentro de un autobús o cualquier hecho.

Como es de conocimiento público, el transporte urbano de pasajeros recibe un multimillonario subsidio y cualquier experto nacional o internacional puede demostrar que con el subsidio que se ha recibido, sin duda de ninguna especie, toda la flota vehicular debería ser nueva. Un buen ejemplo es el Transmetro que empezó con la aberración que se le ocurrió al alcalde Óscar Berger, quien compró un par de cientos de tracto-camiones y tráileres usados, diseñados para transportar 50 mil libras de carga y pretendió, poniéndole bancas o asientos precarios, que se pudieran utilizar en el transporte de personas en la capital, hecho que era humanamente imposible, por cuanto aunque fueran cien personas en un furgón, el peso promedio no llegaba a los 150 quintales; es decir, no se utilizaba ni siquiera la cuarta parte de la capacidad de carga, como resultado, los usuarios rebotaban, fuera que los medios para subir o bajar eran extremadamente inadecuados. De esa mala decisión solo quedó chatarra que escondieron en diferentes predios alrededor de la ciudad de Guatemala.

Totalmente distinto son los vehículos que actualmente se utilizan en el Transmetro, que sí llenan las características para transportar personas, pudiendo hacerlo sentados o de pie porque así están adecuadamente diseñados y se utilizan con éxito en todas las principales urbes del mundo.

Subsidiar ese tipo de vehículos es una decisión al mil por ciento política, significa una transferencia de impuestos, lo procedente sería que cada año se incremente el precio, de tal forma que en cuatro años el valor del pasaje sea el que económicamente corresponde y también permita que en subsiguientes años el valor de lo que se cobra sea real y al final de los diez años el valor del vehículo no solo haya sido totalmente recuperado en siete años sino además haya producido de un 30 a un 40% del valor del vehículo que en diez años debe reemplazarlo. Esos mismos criterios deben aplicarse con lo que en Guatemala se llama “Transurbano” y el resto de vehículos que sirvan a la población que así lo requieran.

Los subsidios en el transporte no deben otorgarse a los empresarios que improcedentemente retiran las unidades del servicio pero continúan cobrando o recibiendo millones en subsidios. Un subsidio adecuado es en los salarios y en bonos escolares y de la tercera edad.
¡Guatemala es primero!
Continuará