Mundo del deporte rinde tributo a Mandela


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En el mundo del deporte, Nelson Mandela tenía la capacidad de inspirar a figuras inspiradoras y dejar deslumbradas a estrellas globales.

Por GERALD IMRAY

El expresidente sudafricano, líder antiapartheid y Premio Nobel de la Paz falleció ayer a la edad de 95 años, y de inmediato hubo un brote de tributos de los deportistas más conocidos y organismos deportivos.

«Es triste para todo el que tuvo la oportunidad no sólo de conocerle, sino de ser influido por él», dijo el golfista Tiger Woods. «Yo tuve la oportunidad de conocerle junto con mi padre en el 98. Él nos invitó a su casa, y fue uno de esos momentos inspiradores en mi vida».

El legendario boxeador Muhammad Ali dijo que Mandela inspiró a otros a «aspirar a lo que parece imposible».

«Lo que voy a recordar más sobre Mandela es que él fue un hombre cuyo corazón, alma y espíritu no podían ser contenidos ni limitados por injusticias raciales y económicas, barras de metal ni la carga del odio y la venganza», dijo Alí en una declaración emitida por su fundación.

El astro de la NBA LeBron James dijo: «En sus 95 años, él consiguió hacer cosas increíbles no solamente para Sudáfrica, sino para todo el mundo. Lo que él significó para el mundo mientras estuvo aquí lo es todo».

El velocista Usain Bolt colocó un mensaje en Twitter: «Uno de los seres humanos más grandes en la historia … el peleador más grande del mundo», mientras que el ex astro brasileño del fútbol Pelé escribió: «Él fue mi héroe, mi amigo».

De la misma forma en que muchos deportistas, hombre y mujeres, querían a Mandela, éste amaba el deporte y apreciaba su enorme potencial para hacer bien. Especialmente en su propio país, donde usó la opa Mundial de Rugby en 1995 para derribar las últimas barreras del apartheid.

«Un hombre extraordinario que entendía que el deporte puede crear puentes, derribar muros y revelar nuestra humanidad común», dijo el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, en una declaración a The Associated Press.

La bandera del COI estará izada a media asta por tres días en honor a Mandela, dijo.

Con visible emoción, Bach recordó cuando conoció a Mandela en 1996 y le preguntó al ex prisionero político si odiaba al régimen del apartheid que le mantuvo cautivo durante 27 años.

«Su respuesta inmediata fue ‘no’, pero el vio la duda en mis ojos», dijo Bach el viernes. «‘¿No me crees?’, me preguntó. ‘Te puedo explicar. Si odio no sería más un hombre libre»’.

Lo que Mandela hizo con el rugby en esa final de la Copa del Mundo en 1995 es uno de los momentos definitorios del deporte y está grabado en la conciencia de la nueva Sudáfrica.

Al ponerse la chaqueta verde y dorada de los Springboks, el equipo nacional que previamente estaba integrado nada más por blancos y era asociado con el apartheid, Mandela le señaló a todos los sudafricanos que debían unirse. Su presentación del trofeo al rubio capitán Francois Pienaar proveyó una duradera imagen de reconciliación que el mundo de la política no podía igualar.

Incluso para el capitán del equipo de Nueva Zelanda que perdió la final en esa tarde de junio de 1995, Sean Fitzpatrick, el efecto de Mandela fue demasiado grande para no ser apreciado.

«Más tarde, cuando estábamos de regreso a nuestro hotel, llorando, ver el puro júbilo de todo el mundo corriendo en las calles … negros, blancos, quienes quiera que fuesen, agarrados de brazos en celebración», dijo Fitzpatrick. «Él tenía la visión más amplia».