Millones de seguidores de Harry Potter tienen por fin en sus manos el séptimo y último tomo de la saga del joven hechicero, «Harry Potter and the Deathly Hallows», cuya versión en inglés fue puesta a la venta el sábado a las 00H01 (23H01 GMT del viernes).
«El libro está a la venta, el embargo mundial ha sido levantado», anunció un mago de larga barba blanca, frente a la inmensa librería Waterstones en Picadilly, en el centro de Londres, donde se celebra la mayor fiesta organizada en Europa para recibir la última entrega de la exitosa serie de J. K. Rowling.
El anuncio fue recibido con gritos, ovaciones, cantos, aplausos, por miles de jóvenes excitados venidos de las cuatro esquinas del planeta, que esperaron durante horas, disfrazados de aprendices de brujos, frente a la librería londinense, la mayor de Europa.
«Es el fin de una era», afirmó una chica vestida de bruja, con escoba y un gran sombrero negro.
Las grandes puertas se abrieron a la medianoche, y los seguidores de Potter empezaron a entrar en grupos de cinco para adquirir el libro, el más esperado en la historia de la edición.
«No me lo puedo creer, lo tengo al fin en mis manos. Estoy emocionada», dijo a la AFP Mary Fauset, una londinense de 25 años que trabaja en teatro con niños.
«Esperé un montón de tiempo, desde ayer, pero quería estar aquí porque era el último tomo. Es un acontecimiento. Y fue muy hermoso compartir con tanta gente el gran amor por este libro», dijo Fauset, antes de salir corriendo al metro para ir a casa y «echarse a la cama» con el libro.
Las fiestas nocturnas celebradas este viernes en varias librerías de Londres para recibir el libro tenían un sabor de despedida para las legiones de lectores que crecieron con Harry Potter.
La «generación Potter» le fue fiel hasta el final: varios millares de sus seguidores tomaron trenes y aviones rumbo a Londres, y muchos de ellos durmieron dos días en la calle, para participar en la «mayor fiesta en Europa» para recibir el último tomo de la novela.
«Yo crecí con Potter, es el primer libro que leí y sigue siendo mi preferido», dijo un joven holandés, Rui, cuyo ejemplar era ya de la segunda copia. Para ello esperó más de 80 horas. «Ahora, me voy a celebrar con mis amigos. Lo leeremos juntos», añadió.
Mariana Rojas, una estudiante de 21 años, vino desde la capital de México, tres días antes del lanzamiento oficial del libro, porque estaba «llena de impaciencia» por poseer el libro que revela el desenlace del combate entre el bien y el mal, encarnados por Harry y Lord Voldemort.
Los jóvenes que esperaron varios días en Picadilly se entretuvieron discutiendo entre ellos sobre la suerte que espera a su héroe, y apostaban sobre qué personajes morirán en el último capítulo.
Pero ninguno quería saber el final, que había sido revelado por diarios europeos y en Internet.
«Creo que morirá Harry», aseguró Rojas. «Porque si Rowling lo deja vivo, todos vamos a querer más. Tiene que morir, para que de verdad termine la saga», dijo. «Pero no quiero que nadie me arruine la fiesta contándome el final», advirtió.
«Vade Retro, Satanás», dijo una holandesa que se identificó sólo como La Hada, expresándose «horripilada» de que páginas enteras del final, e incluso el epílogo, circularan horas antes de la salida oficial en las librerías del mundo entero del último tomo de las aventuras de Potter.
En caso de que Harry muera, una organización británica que se ocupa de apoyo psicológico juvenil, ChildLine, anunció el viernes que ha abierto líneas especiales, para ayudar a los niños jóvenes con un eventual duelo por un personaje ficticio, pero que consideran «un amigo».
En Austria, el diario popular Oesterreich publicó la trama en un recuadro titulado «Los diez secretos del nuevo Potter». El artículo fue publicado «al revés», con una advertencia: «No dé vuelta el diario en el otro sentido si no quiere conocer los secretos». Lo mismo hizo en Francia el diario Le Parisien.
Las filtraciones se produjeron pese a que jamás en la historia hubo una campaña de seguridad tan intensa para custodiar un libro.
No se sabe ni tan siquiera dónde están las imprentas rodeadas de alambres de púas donde se imprimió el último tomo de la saga. Pero sí se sabe que a los empleados de las imprentas en Gran Bretaña y en Estados Unidos los registraron cuidadosamente a la salida y que los libros se transportaban en cajas cerradas con pesadas cadenas y en camiones vigilados vía satélite.
Mientras, Rowling leyó esta medianoche, en el Museo de Historia Natural de Londres, páginas del libro ante un público de varios cientos de niños.
Como la «Pottermanía» es un fenómeno globalizado, el frenesí por el libro se sintió también en Asia y en América Latina.
Aunque la traducción española del último volumen, cuyo título aún no se conoce (pero que literalmente sería «Harry Potter y las reliquias de la muerte»), será lanzada en febrero de 2008, la versión en inglés también estaba a la venta las 23H01 GMT del viernes.
No obstante, en México, como en Norteamérica, el libro no se venderá hasta la medianoche local.
La novela registró millones de pedidos antes de salir.
Rowling afirmó este viernes en su página en Internet que este último libro es su favorito de la serie, añadiendo a la excitación de los lectores.
«Siento una mezcla de excitación, nervios y alivio», escribió, agregando que editar este libro había sido «particularmente lleno de emoción» para ella.
Pero hace pocas semanas, Rowling dejo entrever que quizá, sólo quizá, no será el último libro que escriba sobre el pequeño mago.
«Nunca digas nunca», dijo, dando alas a la imaginación de algunos que no se cansan del mundo mágico creado por la escocesa, que se ha convertido gracias al hechicero en la escritora más rica de todos los tiempos, con 325 millones de copias de la saga vendidas en el mundo entero, hasta este viernes, cuando ese número se disparará, volviéndola aún más millonaria.