Los disparos que se registraron en la capital de la República Centroafricana hoy por la mañana causaron la muerte de al menos 16 personas y heridas a decenas de civiles, por lo que las Naciones Unidas planeaban autorizar el envío de una fuerza de pacificación a esta nación empobrecida y casi sumida en la anarquía.
El enfrentamiento se produce entre grupos rebeldes, en su mayoría musulmanes, que controlan el país desde marzo, y cristianos que apoyan al presidente derrocado.
El Ministro de Exteriores de Francia, Laurent Fabius, advirtió que el país «está al borde del genocidio».
En Nueva York, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se aprestaba a autorizar un aumento de las operaciones militares de Francia y varios países africanos por la creciente violencia sectaria en todo el país. El ataque más reciente esta semana, del que se culpó a combatientes cristianos, causó la muerte de cerca de una decena de mujeres y niños en una comunidad remota.
Fabius dijo el jueves a la televisora francesa que las tropas internacionales se desplegarán en cuanto el Consejo de Seguridad lo autorice, y que los efectivos de Francia podrían llegar a 1.200, de los cuales 600 ya están en el país.
Los enfrentamientos armados del jueves causaron la muerte de al menos 16 personas y heridas a 45, dijo Sylvain Groulx, director de la organización civil Médicos Sin Fronteras en el país.
El embajador designado de Francia en la República Centroafricana, Charles Malinas, confirmó que las casas del primer ministro Nicholas Tiangaye y del presidente Michel Djotodia fueron saqueadas durante los enfrentamientos.
El ruido de los disparos comenzó alrededor de las 6 de la mañana y casi tres horas después todavía podían escucharse cerca del aeropuerto de Bangui, la capital. También hubo reportes de disparos en los suburbios al norte y este de la capital.
Hacia el mediodía el presidente, que llegó al poder con apoyo de la facción rebelde Seleka a principios de este año, dijo que los choques habían terminado e hizo un llamado a la calma.
«Todo está en calma, todo está bien», dijo.
El gobierno de la República Centroafricana está controlado por integrantes de la antigua coalición rebelde conocida como Seleka, un grupo de aliados que se unieron hace un año con el propósito de expulsar al entonces presidente François Bozizé Yangouvonda después de una década en el poder. Luego que miles de rebeldes sitiaron Bangui en marzo, nombraron presidente a su líder Michel Djotodia.
Sin embargo, Djotodia ha tratado de distanciarse de sus ex aliados mientras se les atribuye a los rebeldes de la coalición Seleka una gran cantidad de atrocidades en Bangui, la muerte y violación de civiles y el robo a grupos de ayuda humanitaria y orfanatos. El presidente tiene cada vez menos control sobre los ex miembros de Seleka en las provincias del interior, donde la indignación ante las violaciones a los derechos humanos avivó la creación del movimiento antibalaka hace varios meses.