Científicos del Laboratorio Nacional de Los Álamos, en Nuevo México, trabajan en el perfeccionamiento de un escáner que podría eliminar la obligación actual que tienen los viajeros aéreos de desechar los líquidos que portan cuando pasan por los retenes de seguridad de los aeropuertos.
Un equipo del laboratorio ha combinado las tecnologías de resonancia magnética con la de los rayos X de baja potencia para distinguir mejor entre líquidos inofensivos y aquellos que podrían ser utilizados para crear explosivos.
El diario The Santa Fe New Mexican (http://bit.ly/1eu6wVR) informó que el objetivo del nuevo escáner es detectar qué líquido contiene una botella sin abrir.
La física del laboratorio Michelle Espy lidera el equipo que ha desarrollado un prototipo de dispositivo al que han llamado «MagRay».
El trabajo del equipo podría hacer posible algún día que los viajeros dejen de verse obligados a limitar la cantidad de líquidos, geles o aerosoles en su equipaje de mano, como los de aseo personal, a botellas de 3 onzas (90 gramos) cada uno, todos metidos en una bolsa de plástico con cierre, transparente y cerrada. «Nadie quiere tener que aplicar las restricciones», dijo Espy en una entrevista reciente.
La prohibición se impuso desde un complot de al-Qaida, que en 2006 trató infructuosamente de ingresar explosivos líquidos en aviones con destino a Estados Unidos.
El MagRay busca ser el siguiente avance significativo de una máquina que desarrolló en 2008 un equipo del Laboratorio Nacional de Los Álamos (LANL por sus siglas en inglés), que solamente utilizaba imágenes de resonancia magnética para distinguir entre líquidos peligrosos e inocuos.
Las imágenes por resonancia magnética (IRM) se usan en los hospitales para detectar daños y enfermedades en tejidos blandos.
La máquina anterior del equipo del LANL, llamada MagViz, ya era bastante eficaz para determinar si había líquidos peligrosos escondidos en una lata de refresco o en una botella de champú, por ejemplo.
Ahora, «MagRay es esencialmente MagViz más rayos X», dijo Espy. «MagViz era extremadamente bueno en ciertos tipos de líquidos, pero tenía problemas con algunos, como las mezclas complejas», añadió.
La nueva máquina mide la densidad de protones y la actividad de esos protones para descifrar las sustancias químicas de un fluido, por lo que puede distinguir entre una botella regular de vino blanco y una botella que en lugar de vino contiene nitrometano, por ejemplo, un líquido claro que se puede utilizar para hacer un explosivo.
El equipo ha probado la máquina en el laboratorio con todo tipo de líquidos y con varias sustancias que figuran en una «lista de amenazas» del Departamento de Seguridad Nacional (DHS por sus siglas en inglés). El DHS está ayudando a financiar el nuevo escáner.
Espy dijo que ahora el objetivo es hacer que MagRay sea fácil de utilizar, pequeño y rápido. Con el tiempo se busca que un operador en un aeropuerto pueda escanear bolsas, de manera que en pantalla los envases peligrosos se muestren en rojo o los seguros en verde.