EE. UU. predica pero no se convierte


francisco-reyes

Como es bien sabido, los gobiernos norteamericanos consideran que tienen el derecho de supervisar, de requerir a los diferentes estados del mundo cuál debe ser su comportamiento. Sin embargo, los principios que predican, ellos consideran que están exentos de respetarlos y cumplirlos. “Ellos son ellos”.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com


Predican sobre los derechos humanos, pero tenemos ejemplos como la cárcel extraterritorial en Guantánamo, Cuba, donde tienen detenidos a cientos de personas sin respetar la presunción de inocencia y someterlos ante tribunales competentes a un debido proceso y se han arrogado el derecho de invadir a diferentes países, argumentando que su seguridad así lo requiere.

Si se hace una evaluación de las convenciones de Naciones Unidas, no han suscrito numerosas más se permiten aplicarlas para requerir que ciudadanos de países soberanos sean extraditados, la cual no aceptan para sus ciudadanos de ningún país del mundo. Recientemente, debido a la deserción de Edward Snowden, se ha sabido de manera irrefutable que no respetan la privacidad de las comunicaciones y/o correspondencia de ningún país, de ningún funcionario o ciudadano.

Brasil y México han expresado su protesta porque han mantenido interceptado los teléfonos y los correos de sus presidentes, lo mismo ha acontecido con Alemania, Francia, Italia y España, donde han interceptado también los teléfonos y correos electrónicos de las máximas autoridades y de los ciudadanos. Que tristeza, que lamentable que siendo un país donde se originó la democracia y supuestamente el gobierno del pueblo y para el pueblo, no respeten a nadie.

Guatemala seguramente ha sido interceptada en sus comunicaciones, correos electrónicos de los funcionarios de gobierno y del ciudadano privado que han considerado conveniente hacerlo, por supuesto ni el Presidente, la Vicepresidenta ni el Ministro de Relaciones Exteriores dicen ni siquiera “pío, pío”. Seguramente también en Guatemala sucede lo mismo y las comunicaciones y correos electrónicos de la población son intervenidos, espiados y violados, tanto por entidades del sector público como grupos del sector privado. Tengo bien presente que recién producido el “Serranazo”, Otto Pérez Molina, entonces jefe del Estado Mayor Presidencial, al verme y escuchar hablar por el teléfono celular, esos “ladrillos” de la época, me dijo “tenga cuidado licenciado, las paredes oyen, no use demasiado su celular”. Sin duda alguna era una deferencia, pero también la confirmación que él sabía lo que decía producto de su experiencia como oficial de inteligencia.

Cuántos de nosotros no nos percatamos que de repente en nuestros celulares están hablando más de dos personas, quién nos garantiza que nuestro teléfono no está intervenido por una entidad del sector público o de la cúpula empresarial. En diferentes gobiernos, hemos visto las partidas de compra y gastos de equipos que después ni siquiera aparecen al producirse un cambio de administración.

Otro conocido ejemplo durante el gobierno de Álvaro Colom fue cuando se “escabechó” al secretario de la SAAS, Carlos Quintanilla, aunque después dijeron que los equipos de espionaje que habían encontrado ya no servían. En todo caso, Colom se sacudió a su financista y hombre de confianza. Los controles no sólo se dan en contra de terceros, sino también en los círculos propios.

Por esas razones, sería adecuado que a nivel de Naciones Unidas se suscribiera una convención que protegiera el derecho a la privacidad de todos los habitantes del mundo.

¡Guatemala es primero!