Los vuelos entre Cayo Hueso y Cuba fueron autorizados hace dos años. Pero ni un solo avión ha despegado rumbo a la isla desde esta localidad de la Florida, que está más cerca de La Habana que de Miami.
Las compañías de vuelos chárter y las agencias de viaje dicen que les está costando conseguir todos los permisos necesarios en Estados Unidos y Cuba. Una de esas empresas dejó de funcionar. Otra dejó de ofrecer servicios en la Florida.
«Varias organizaciones se nos han acercado, incluidas aerolíneas, y nos han dicho ‘si de su aeropuerto pueden salir vuelos a Cuba, desde ya que nos interesa hacer vuelos a Cuba», comentó el director del Aeropuerto Internacional de Cayo Hueso Peter Horton. «Pero hasta ahora ninguno de ellos –y recuerdo al menos cuatro– han logrado poner en marcha el negocio».
Décadas atrás los residentes de Cayo Hueso volaban a Cuba para el almuerzo y estaban de regreso para la cena.
Es un vuelo corto sobre el Estrecho de la Florida, otrora cruzado regularmente. Pero no hay vuelos desde 1960.
Para empezar, está el asunto de la capacidad del aeropuerto. En la actualidad, Cayo Hueso no puede recibir aviones con más de diez ocupantes, incluida la tripulación. Se está trabajando en una ampliación que le permitiría recibir aviones hasta de 70 ocupantes.
«Si se puede operar aviones para 30 pasajeros, o 25, podríamos hacerlo y sería una operación rentable», comentó John Cabañas, expresidente de C&T Charters, que alguna vez quiso hacer esos vuelos, pero luego desistió.
Las historias de Cayo Hueso y Cuba están entrelazadas. Por eso cuando el presidente Barack Obama anunció en el 2011 que se permitiría a las compañías de chárters operar vuelos hacia Cuba, el de Cayo Hueso fue uno de los primeros aeropuertos que solicitó autorización para hacerlo.
En la actualidad hay 19 aeropuertos autorizados a operar vuelos hacia la nación caribeña, que tiene limitadas relaciones diplomáticas con Estados Unidos desde el triunfo de la revolución en 1959. Bajo el gobierno de Obama aumentaron los vuelos a Cuba. Los cubanos pueden visitar la isla y se alienta el intercambio cultural y educativo.
Las autoridades cubanas dicen que llegan unos 500 mil personas procedentes de Estados Unidos anuales, la mayoría de ellos cubanos que visitan a sus familias.
El grueso parte desde Miami y Nueva York. Pero Cayo Hueso ha tenido siempre un lugar especial en la historia de las relaciones cubano-estadounidenses.
El poeta y líder de la independencia cubana José Martí visitó Cayo Hueso para conseguir apoyo de una populosa y acaudalada población cubana en 1892. Habló con los trabajadores de las fábricas de puros de la isla y en el Instituto San Carlos, un imponente edificio de uno de cuyos balcones todavía cuelga una bandera cubana.
El primer vuelo que despegó rumbo a La Habana salió de Cayo Hueso, lo mismo que el primer vuelo comercial del Pan American en 1928. Además había un ferry diario.
Esa historia se percibe todavía. Los lugareños destacan que en Cayo Hueso hay al menos 20 cafeterías cubanas y un solo Starbucks.
En octubre parecía que en cualquier momento comenzarían a partir aviones rumbo a Cuba.
La agencia de viajes Mambi International Group se asoció con la operadora de chárters Air Marbrisa Airlines para realizar un vuelo diario. El ejecutivo de Mambi Isaac Valdés dijo que los vuelos debían comenzar el 15 de noviembre.
Una semana antes de esa fecha, no obstante, Bob Curtis, director de Air Marbrisa, le escribió a Horton para decirle que los vuelos habían sido demorados porque faltaba un certificado del Departamento de Transporte. Curtis fijó una nueva fecha, el 15 de diciembre, para el primer vuelo. El ejecutivo se abstuvo de hablar por teléfono con la AP.
Horton dijo que otras empresas tienen problemas con las autoridades cubanas. Una compañía de chárters indicó que hizo una solicitud ante la Oficina de Control de Bienes Extranjeros hace dos años y aún no ha recibido la aprobación. Robert Valle, presidente de Florida AeroCharter Inc., dijo que consulta constantemente y que se le ha dicho que todo el papeleo está en orden, y está siendo procesado.
«En otras palabras, ‘no me vuelva a llamar, que nosotros nos comunicaremos con ustedes»’, señaló. «Es bastante frustrante».