Prensa Libre cita hoy una declaración atribuida a la vicepresidenta Roxana Baldetti en el sentido de que si no se aprueba el presupuesto, no habrá listado geográfico de obras. Más claro no canta un gallo, podemos decir, puesto que es la corroboración plena, palmaria y absoluta, de que ese listado geográfico es el soborno que se usa para que los diputados hagan lo que quiere el Ejecutivo.
Como una maestra en la escuela de párvulos que les dice a los alumnos que si no se portan bien no les dará un dulce para el recreo, la Secretaria General del Partido Patriota y Vicepresidenta de la República de Guatemala advierte también a los diputados. Pero además de la advertencia genérica, de una vez les dice que de seguir en su rebeldía para no aprobar el presupuesto será el Ejecutivo el que disponga sobre el listado de obras, es decir, que los recursos irán preferentemente a los diputados del oficialismo y a quienes se sepan alinear con ellos.
Para el gobierno el monto del presupuesto no es la clave; les interesa aprobar el presupuesto porque con ello pasan unas normas específicas que les dejan absoluta discrecionalidad en el gasto público y sin necesidad de andar rindiendo muchas cuentas, lo cual es muy importante en estos dos años electorales que ya estamos por arrancar.
Por ello, aunque falten apenas tres días hábiles para aprobar el presupuesto, es muy probable que con el recordatorio de lo que puede perder cada diputado y al aceptar que se baje el “techo presupuestario”, el Congreso apruebe “sin ver”, como dicen los jugadores de póker, el nuevo Presupuesto sin darse cuenta que en las normas está el detalle, está lo que al gobierno más le interesa para disponer con manga ancha de los escuálidos recursos públicos.
Nosotros creemos que el gobierno utiliza en forma abierta y llana, por no decir cínica, el chantaje para obligar a los diputados a que, si quieren hacer trinquetes con el listado geográfico de obras, apunten su voto a favor del presupuesto. Es gravísimo para la moral pública el que de esa forma se aborde el tema de un soborno que alienta la corrupción regada hasta el tuétano mismo de nuestra sociedad. El listado geográfico de obras, antes llamado PACUR, es un descarado pago que se hace a los diputados distritales que forman sus empresas constructoras o hacen pacto con las existentes, para administrar suciamente las obras en su respectiva jurisdicción. Y así, con sobornos al estilo taiwanés, es decir descarados y cínicos, como para que no se logren acuerdos en el pleno del Congreso.
Minutero
Que Dios proteja a Francisco
de los cuervos del Vaticano
que no aceptan ni un pellizco
en su dominio malsano