El candidato oficialista Juan Orlando Hernández aventaja por 5,6 puntos porcentuales a la aspirante de la oposición Xiomara Castro, según el más reciente informe de resultados preliminares difundidos por el Tribunal Supremo Electoral (TSE).
David Matamoros, presidente de Tribunal dijo en cadena nacional de radio y televisión que con el 54% de las mesas escrutadas, Juan Orlando Hernández, del oficialista Partido Nacional, ha recibido 34,26% de los votos y Xiomara Castro, del Partido Libre con 28,67%. Se calcula una asistencia a las urnas de 61%, un récord para el país, dijo Matamoros.
En tercer lugar se coloca Mauricio Villeda, del Partido Nacional, con 20,94% de los votos. El resto de los sufragios se repartió en los otros cinco candidatos de agrupaciones políticas pequeñas.
Matamoros explicó con anterioridad que el 20% de las mesas está esperando tener los resultados de las tres votaciones: presidencial, legislativa y municipal, para enviar las al Tribunal y que eso demorará la obtención de la información de la elección presidencial. El conteo de votos continuará el lunes, dijo Matamoros.
También recordó que otro 12% de las mesas no cuentan con el sistema electrónico de transmisión.
«Todos los sondeos dicen que soy el próximo presidente de Honduras… Me comprometo a servir al pueblo», expresó Hernández en un acto público ante centenares de sus seguidores.
«Sólo hoy celebraré (el triunfo) porque la orden del día es trabajo y más trabajo», subrayó. «Y mañana mismo comienzo a trabajar para atender a la gente más humilde del pueblo»
Castro, que antes del primer cómputo oficial se declaró ganadora, se niega a reconocer la información más reciente del TSE y afirmó en un comunicado emitido ayer ya tarde que mantiene una ventaja de tres puntos porcentuales sobre Hernández, alegando que «se está intentando forzar una tendencia para favorecer a uno de los candidatos. El Partido Liberal ha convocado a una reunión de emergencia para hoy.
«Por los datos que hemos recibido de nuestras encuestas y las actas recibidas soy la presidenta de Honduras. El triunfo ha sido contundente e irreversible», dijo la esposa del derrocado presidente Manuel Zelaya.
«La sangre de quienes entregaron su vida por la patria y a la resistencia que ha estado de pie cuatro años, hemos cumplido el sueño», dijo en alusión al tiempo trascurrido desde que su esposo fue derrocado por un golpe de Estado militar en junio de 2009.
Por su parte, Villeda declaró: «Esperemos los resultados de unas 1.500 actas, unos 300.000 votos que faltan por contar. Tenemos todo el respeto por nuestras autoridades. Esperemos el resto del conteo y confiemos en el Tribunal. Hay que esperar en paz y tranquilidad»
Ulrike Lunacek, jefa de la misión de observadores de la Unión Europea, con unos cien integrantes, dijo que «nos han dicho que ha sido un proceso transparente… hemos escuchado que el escrutinio ha sido transparente y regular».
«Llamaría a todos los partidos y todos los candidatos y candidatas tener paciencia», agregó.
Waldina Paz, diputada del Partido Liberal, que busca la reelección, dijo a The Associated Press que «las irregularidades han sido mínimas y la cultura del miedo ha fracasado. El que denuncie en este momento un fraude es un inconsciente y un mentiroso».
Las elecciones transcurrieron bajo una fuerte vigilancia policial y militar, que intervino para tranquilizar los ánimos en pequeñas controversias. Algunos centros de votación eran custodiados hasta por cuatro soldados y seis policías.
Muchas calles parecían una feria, llenas de puestos de comida, música y tenderetes electorales.
Es tradición de los hondureños reunirse en las calles y comentar los resultados. Los radios en las casas y en los taxis están a todo volumen a la espera de que comience la transmisión de los resultados.
Los votantes están a la expectativa y algunos expresan escepticismo sobre el futuro.
«No hay problema principal, uno que esté por encima de otro. Hay inseguridad, miedo, violencia, hambre, desempleo, hay problemas tan profundos que es difícil que nadie pueda resolver nada», dijo a la AP José Barreiro.
Para Lucía Oliva, de 23 años: «es difícil encontrar trabajo, muchas familias viven de un solo salario. Hasta 12 personas. Hay necesidad. Y salir a las calles cada vez da más miedo porque asaltan todo el tiempo».
La Constitución establece que se gana la presidencia con la mayoría simple de votos, en un sistema electoral que no prevé una segunda vuelta y que el Tribunal Electoral decide si se hace un recuento voto a voto o no.
Alrededor de 250 observadores internacionales de la Unión Europea, Estados Unidos y la OEA vigilan el desarrollo de la jornada electoral.
La campaña de Hernández se ha centrado en el principal problema que aqueja al país: la inseguridad. Hernández propone como solución la creación de un cuerpo especial armado, la Policía Militar, que atacará la extorsión y violencia que padecen miles de hondureños.
Castro propone convocar a una Asamblea Constituyente que «refunde al país» y cambie las instituciones y el sistema electoral. Aunque su bandera original de «socialismo democrático» se ha movido hacia el centro, muchos hondureños siguen creyendo que su programa es demasiado radical.
Honduras es el país con el mayor índice de homicidios del planeta, según la Oficina de las Naciones Unidas contra el Crimen y el Delito, con 86,5 asesinatos por cada 100.000 habitantes. Es también el país de América Central por el que según el Comando Sur del Ejército de Estados Unidos pasa casi 90% de la cocaína que llega a ese país.
«Esta sería la única oportunidad que tendremos para que el país cambie. Hagamos bien las cosas. Todo el mundo tiene los ojos puestos en Honduras. Cerremos el momento triste que abrió el golpe de Estado», dijo a periodistas Juliette Handal, candidata a vicepresidenta de Libre.
Al menos 27 mil políticos aspiran a 3mil cargos de elección popular.
Los sufragios se depositaron en 16.000 mesas electorales instaladas en 5.437 centros de votación, vigilados por 28 mil policías y militares.