Egipto redujo de categoría las relaciones diplomáticas con Turquía y ordenó la expulsión de su embajador de El Cairo el sábado, una apreciable escalada de las tensiones entre dos países que han empeorado desde que los militares egipcios derrocaron al presidente islamista Mohamed Morsi a mediados de año.
El ministro egipcio de Relaciones Exteriores dijo que el enviado turco ha sido considerado persona no grata y le pidieron que abandone el país debido, según el canciller, a la continua «interferencia» de Ankara en los asuntos de Egipto.
Como reacción a la medida, el presidente turco Abdullah Gul indicó a los reporteros que esperaba que las relaciones «sean restauradas pronto».
El partido gobernante en Turquía, de raíces islámicas, respaldó sin reparos a Morsi, una personalidad destacada de la Hermandad Musulmana egipcia, como ejemplo para el mundo árabe de un líder pro islamista democráticamente elegido. Criticó su derrocamiento del tres de julio por los militares egipcios, y ha fustigado a Occidente por lo que consideró una tímida respuesta al golpe militar.
Turquía y Egipto retiraron sus embajadores en agosto luego de que Turquía criticara a los líderes egipcios que tomaron el poder tras el derrocamiento de Morsi. El embajador turco volvió semanas después, pero Egipto se ha negado a enviar su embajador a Ankara.
La decisión del sábado tuvo lugar después que el primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan volvió a criticar a los nuevos líderes de Egipto, descalificando el juicio de Morsi que comenzó a principios de mes bajo acusaciones de incitar el asesinato de sus oponentes desde el poder, y describiendo el jueves la situación en Egipto como un «drama humanitario».
«El liderazgo (turco) ha persistido en sus inaceptables e injustificadas posiciones al intentar poner a la comunidad internacional contra los intereses egipcios y respaldando reuniones de grupos que intentan fomentar la inestabilidad en el país y haciendo declaraciones que sólo pueden ser consideradas una ofensa para la voluntad popular», según la declaración de la Cancillería.
Los funcionarios egipcios y los medios de información acusaron repetidamente a los líderes de la Hermandad Musulmana de reunirse en Turquía para planear protestas y otros medios de minar al nuevo gobierno de El Cairo.