Autoridades federales han recuperado hasta ahora 31 cuerpos de varias fosas clandestinas localizadas la semana pasada en el oeste de México y que serían de víctimas de un cartel de las drogas.
Un funcionario del gobierno federal informó hoy que aún no han sido identificadas las víctimas, de las cuales al menos una es mujer y el resto hombres. Algunos de los cuerpos estaban maniatados y amordazados y otros con huellas de tortura.
El funcionario habló a condición de no ser identificado porque no estaba autorizado para comentar el caso con la prensa al ser un asunto aún en investigación.
Hasta hace unos días se habían encontrado 20 cadáveres.
Los cuerpos han sido exhumados de al menos 16 fosas a lo largo de la orilla de un río de la comunidad de La Barca, en el estado occidental de Jalisco, en los límites con Michoacán, una zona que ha sido escenario de batallas territoriales entre los carteles rivales Nueva Generación y Los Caballeros Templarios.
Las fosas fueron localizadas la semana pasada tras la detención de 22 policías de una municipalidad de Michoacán cercana a La Barca, quienes declararon a las autoridades trabajar para el cartel Nueva Generación. Ellos dieron información para encontrar los entierros clandestinos.
Los policías detenidos también son investigados por la desaparición de dos agentes federales a principios de noviembre. Hasta ahora no han sido localizados.
El hallazgo ocurre en momentos que el gobierno federal busca frenar la violencia en Michoacán, donde los habitantes han formado grupos de autodefensa para combatir a los Caballeros Templarios, un grupo del crimen organizado que utiliza un discurso seudoreligioso.
Nueva Generación, que opera principalmente en Jalisco, ha buscado penetrar hacia Michoacán, zona de los Caballeros Templarios.