Milicianos suicidas atacaron hoy a soldados sirios y un hospital en la zona de las colinas de Qalamun al norte de Damasco, donde los rebeldes luchan por contrarrestar los recientes avances del gobierno que amenaza con cortar una de sus principales rutas de suministro, dijeron activistas y funcionarios.
La lucha en la región ha desplazado a miles de personas que han buscado refugio en el Líbano, donde las autoridades permitieron a organizaciones de asistencia levantar un campamento para los sirios por primera vez desde que comenzó la rebelión hace tres años, informó un funcionario de las Naciones Unidas. Es un campamento de tránsito sin intención de ser permanente.
Mientras tanto, en Damasco las fuerzas gubernamentales arrestaron a un alto jefe de la oposición notorio por sus críticas al gobierno de Bashar Assad, aunque también por sus condenas a la violencia, expresaron activistas.
No había cifras precisas sobre las bajas causadas por ataques con coches-bomba en Nabak y Deir Attiye. Estos pueblos forman parte de una serie de comunidades a lo largo de una ruta usada por los rebeldes para traer suministros desde el Líbano a los enclaves en poder de la oposición en suburbios damasquinos y en la ciudad de Homs, en el centro del país.
Un coche-bomba estalló en un puesto de control de soldados sirios y otro explotó cerca de un cuartel general de seguridad, ambos en las afueras de Nabak, afirmó Rami Abdurrahman, del Observatorio Sirio por los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña, y otro grupo activista cerca de esa ciudad. Indicó que unas dos decenas de soldados resultaron muertos o heridos.
En Deir Attiye, dos suicidas detonaron sus explosivos en coches-bomba frente a un hospital, donde mataron a los guardias, indicó la televisión estatal siria. Agregó que los atacantes eran saudíes.
Abdurrahman agregó que los rebeldes pertenecían al Frente Nusra, vinculado con Al Qaeda, y al Estado Islámico en Irak y el Levante. El Observatorio obtiene su información de una red de activistas en el terreno.
La lucha comenzó en las colinas de Qalamun la semana pasada, cuando fuerzas leales a Assad lanzaron una ofensiva contra los pueblos en poder de los rebeldes en esa región. Una victoria del gobierno dejaría sitiados los enclaves rebeldes cerca de Damasco, donde los insurgentes están perdiendo terreno ante el avance del ejército y los residentes padecen de escasez de alimentos.
Las fuerzas sirias recapturaron el martes el pueblo de Qara que estaba en manos de los rebeldes, y los activistas dicen que su próximo objetivo será probablemente el pueblo cercano de Yabrud, más grande.
Las fuerzas de Assad han obtenido victorias clave en las últimas semanas. Son apoyadas por combatientes de la milicia chií libanesa Jezbolá, dicen los activistas.
La participación en la guerra de Jezbolá, respaldado por Irán, ha provocado profundas tensiones en el Líbano, donde hay una división entre partidarios y oponentes al régimen de Assad.
El martes, dos ataques suicidas mataron a 23 personas en la embajada de Irán en Beirut. Un grupo vinculado con al-Qaida se atribuyó el ataque y dijo que era en represalia por la participación de Jezbolá e Irán en Siria.