China expresó hoy su profundo descontento por las órdenes de arresto emitidas por una corte española contra varios exlíderes chinos, entre ellos el expresidente Jiang Zemin, en una investigación sobre genocidio en el Tíbet, y calificó a las acusaciones hechas por grupos a favor del Tíbet de «despreciables».
El vocero del Ministerio del Exterior de China, Hong Lei, dijo durante una sesión que Beijing se opone firmemente a la decisión de la corte.
«Exhortamos a España a enfrentar la seria postura de China, modificar su decisión incorrecta, reparar el daño severo y abstenerse de enviar señales erróneas a las fuerzas de independencia tibetanas y afectar las relaciones China-España», indicó Hong.
Una portavoz de la cancillería española indicó que no iba comentar sobre la reacción de China a las órdenes de arresto porque se trata de un asunto judicial. La vocera habló bajo la condición reglamentaria de anonimato.
Actuando sobre la base del principio de justicia universal, la Audiencia Nacional española hizo lugar el martes a los argumentos de grupos españoles defensores de los derechos del Tíbet, según los cuales reportes internacionales indican que líderes chinos podrían haber cumplido un papel en el presunto genocidio en la región del Himalaya y deberían ser interrogados. Esas investigaciones en la práctica han resultado generalmente fútiles, pero han irritado a China e Israel, entre otros países.
Grupos internacionales de derechos humanos y partidarios de la independencia de Tíbet han criticado a China por políticas opresoras en la región, donde más de 100 monjes budistas y otras personas se han inmolado en protesta contra el gobierno de Beijing. China argumenta que ha hecho enormes inversiones en la región para sacar a los tibetanos de la pobreza y acusa al líder espiritual tibetano en el exilio, el Dalai Lama, de incitar al disenso para separar a Tíbet de China.
Antes que la corte española emitiese las órdenes de arresto, un alto funcionario en un panel legislativo chino desestimó acciones legales contra China en un tribunal extranjero como «ridículas», en comentarios hechos el mes pasado, pero colocados el martes en un portal del gobierno.
«Es un acto absurdo, y aquellos que albergan la idea solamente se pondrán en una situación embarazosa», agregó Zhu Weiqun, director del comité de etnicidad y religión en la Conferencia Consultora del Pueblo, un panel asesor de la legislatura, de acuerdo con la transcripción colocada en el portal gubernamental Tibet.cn.
Zhu dijo que en ocasiones anteriores países occidentales amenazaban a China con buques de guerra, pero ahora no pueden y por ello tratan de intimidar a China con demandas.
El miércoles, Hong criticó a grupos pro Tíbet, diciendo que han hecho «acusaciones falsas por medio de calumnias y difamaciones en un intento fútil para atacar al gobierno chino».
«Este acto despreciable está condenado al fracaso», afirmó.